Sí, estos días te he abandonado, querido seguidor. Lo siento. Alégrate porque ha sido un abandono “positivo” y temporal, por mini-vacaciones. Y es que el abandono puede ser muy bueno. Nos ayuda a reconfortarnos y a darnos perspectiva para impulsarnos y dar nuestro siguiente paso en la vida.
Es lo que llamo un abandono positivo. Y añado lo de positivo, porque si consultamos con la RAE, el verbo abandonar no tiene mucho de positivo. Dado que abandono significa acción y efecto de abandonar o abandonarse, veamos que dice la RAE sobre el significado de abandonar:
abandonar
Del fr. abandonner, y este del germ. *banna ‘orden’.
1. tr. Dejar solo algo o a alguien alejándose de ello o dejando de cuidarlo. Han abandonado este edificio.
2. tr. Dejar una actividad u ocupación o no seguir realizándola.
3. tr. Dejar un lugar, apartarse de él. Abandonaron el lugar del suceso.
4. tr. Apoyar, reclinar algo con dejadez. U. m. c. prnl.
5. tr. Entregar, confiar algo a una persona o cosa. U. m. c. prnl.
6. intr. En el juego o en el deporte, dejar de luchar, darse por vencido. Al tercer asalto, abandonó.
7. prnl. Descuidar el aseo y la compostura. Últimamente se está abandonando mucho.
8. prnl. Descuidar las obligaciones o los intereses.
9. prnl. Dejarse dominar por afectos, pasiones o vicios.
10. prnl. Caer de ánimo, rendirse en las adversidades y contratiempos.
Dicho así tiene connotaciones negativas. Sin embargo, un abandono positivo tiene mucho de bueno en nuestra faceta espiritual, es decir, que hablamos de abandonarnos a nosotros mismos. No quiere esto decir que nos dejemos de cuidar, aunque éste sea uno de los significados de la palabra, si no dejarnos llevar por el momento presente (sin descuidarnos), con confianza, con entrega, con aceptación, sabedores de que ese “abandono” nos traerá más confianza, más entrega, más aceptación…
Maneras “positivas” de abandonar-se:
1.- Abandonarse en la meditación: si acostumbras a hacer meditaciones guiadas, con instructor o grabadas, probablemente hayas escuchado en alguna ocasión que te abandones en el instante presente, o que te abandones a las sensaciones de tu cuerpo en ese momento. Dejarte ir de esa manera produce una paz mental maravillosa. Y de regalo, un cuerpo relajado y des-tensado. Al eliminar las tensiones, mentales y corporales, los efectos de la meditación son enormemente positivos.
2.- Abandonarse en cualquier parte, en un viaje, excursión, paseo… es darle una tregua a nuestra natural lucha por sobrevivir. Es la razón de las vacaciones. Parar lo cotidiano y dejarse llevar por el descanso. Igual da que sea abandonarse en las sábanas pasada la hora habitual del despertar por no tener que ir al trabajo, como pasear saboreando el momento presente sin mirar el reloj para volver, como callejear por una ciudad desconocida sin prisa, como el caminar sin rumbo que he realizado yo misma en mis últimas vacaciones por la montaña. Mientras mi familia esquiaba, con el trajín de “no dejar de hacer” para preparase para esquiar, más la subida para bajar y volver a subir…. yo me “abandonaba” por los alrededores con la única necesidad de respirar y observar. Aunque para el que esquía, la bajada desde la cima es también una forma de “abandonarse” (con cuidado de no atropellar a nadie ni de tropezar, por supuesto).
3.- Abandonarse a los placeres. No, no es una apología de los excesos ni nada por el estilo. Un “abandono” con las 7 actitudes mindfulness. Por ejemplo, si haces dieta y un día te dejas llevar por los placeres de tu dulce favorito, saboreando y abandonándote a las sensaciones que te produce de una manera consciente. El placer de una cerveza fresquita, o de acudir a un concierto especial, leer una novela impresionante, o a lo que personalmente te haga disfrutar de la vida. Siempre con atención al presente, a ese momento en que lo vives.
4.- Abandonarse en la risa. Sí, esos momentos geniales entre amigos, con los hijos, etc en que las risas lo inundan todo. No temas al ridículo y abandónate en la risa. No veas lo a gusto que te quedas. Yo creo que hasta rejuvenece.
5.- Abandonarse al dolor. Esta es una actitud mindfulness que tiene que ver con la aceptación. Y no quiere decir que sufras el dolor, si no todo lo contrario. Abandonarse al dolor quiere decir no poner resistencia, no luchar contra lo que te duele, no evitarlo (la evitación es muy negativa). Abandonarse es dejarle estar, ser consciente de lo que nos duele y dejarlo ir con naturalidad. Todo pasa, hasta el dolor. Cuando nos resistimos, el dolor y el sufrimiento aumentan, cuando nos abandonamos a él y nos dejamos en paz, el sufrimiento se reduce y puede incluso ayudarnos a darle una respuesta. Por ejemplo, si has visto la película Inside Out (del revés en español) habrás visto como evitar la tristeza no hacía más que aumentar el sufrimiento de la protagonista y sus problemas. Pero cuando aceptó la tristeza, se hizo consciente de ella y la dejó ser, fue capaz de entender su problema y salir de él.
6.- Abandonarse a la paz. Abandonar la lucha no quiere decir que no luchas desde una actitud victimista, si no que eliges vivir en paz frente a la competitividad del mundo actual. No haces las cosas para ser mejor que nadie, en lucha o carrera hacía quién sabe dónde, si no que lo que haces lo haces por tí, para vivir en paz y en armonía, con honestidad, aceptando lo que eres y lo que tienes y aceptando lo que los demás son y tienen. Sin lucha. ¿A dónde nos lleva la lucha?. Te dejo un post de Osho donde lo explica un poco más. Pincha aquí.
7.- Abandonarse en tí mismo. Es decir, que en ningún momento hablamos de:
* dejarte llevar por las circunstancias
* dejarte llevar o dirigir por otros. Y en otros incluyo personas, cercanas o gurús, maestros, incluso Dios. Una cosa es abandonarse en la meditación y otra dejar de ser responsable de tí mismo dejando que “otro” decida por ti.
* abandonarse DE tí mismo sería descuidarte. Por eso digo abandonarte EN tí mismo. Buscar tu propio ser dentro de tí y dejarte ser, permitirte ser quién ya eres. No abandonarte en tus personajes (o egos). Ser consciente de ellos, de tus personajes o egos, y no dejarte llevar por tus disfraces.
8.- Abandonar, ahora sí, en el sentido de dejar y de soltar. Por ejemplo, una actividad que no te satisface, que no te aporta, que no te llena, que no te deja ser tú. Puede ser un trabajo, un deporte, una relación, etc. Prueba a cambiar. Que tus creencias no te retengan en algo que realmente no quieres y no te hace feliz. Porque la felicidad es una sensación, un estado mental, y no una meta. Es un sentimiento que está aquí, en este momento, y no hay que dejarlo pasar. La vida puede ser feliz, día a día, momento a momento, o infeliz. Tú decides.
Todo lo que he acabas de leer te lo voy a resumir en una frase:
Abandonarse para encontrase
o lo que es lo mismo:
Abandonarte para encontrarte
¿Compartes este aspecto “positivo” de abandono?, ¿conoces alguna manera más de abandonar-nos? Si es así, o tienes cualquier otro comentario sobre el tema, puedes compartirlo más abajo. Estaré encantada de leerte y comentarlo contigo.
Gracias, como siempre, por estar al otro lado.
Créditos: Fotos de Raquel y de Pilar