Atención y tiempo
Llevo unos cuantos días ocupada en saber cómo se me va el tiempo, pongo toda mi atención en observarlo y, mientras, el tiempo se va y la productividad desciende. ¿Cómo es esto posible si pongo toda mi consciencia en ello? He leído durante mi particular investigación que estudios científicos demuestran que la forma en que pensamos sobre nuestro tiempo tiene un efecto importante en cómo lo usamos. ¿Será por eso que se me escapa sin hacer nada, que llego a la noche con solo la mitad de mis tareas realizadas? Tengo la sensación de que mis días son un apagafuegos constante, siempre atendiendo a lo urgente y dejando para un luego que nunca llega los objetivos planificados.
¿Te ocurre?
Me temo que más de una me dirá que sí. Confiésalo, que te guardo el secreto.
Es un hecho que cada vez que miramos nuestros teléfonos (sí, tú y yo) y ordenadores en busca de un mensaje, correo electrónico o notificación de alguna red social, estamos adentrándonos en un parque de atracciones en el que la mente enloquece con luminosos atrayentes de los que no puede escapar, tirando de nuestro brazo para que la llevemos a todas partes con un algodón azúcar en la mano; estos estímulos están dando dopamina al cuerpo y a la mente de manera que se sienten bien en ese parque y quiere más. Siempre quiere más.
En mi análisis sobre el tiempo que se escapa me he encontrado con un estudio de 2016 cuya conclusión es que utilizamos el móvil alrededor de 2617 veces al día. Unas cuatro horas ni más ni menos. Si no te lo crees, obsérvate un día y pinta una raya cada vez que cojas el móvil con la intención que sea.
Aunque creamos que es solo un minutito de nada, debemos darnos cuenta de que cada vez que deslizamos el dedo por la pantalla, cada clic, cada comprobación equivale a tiempo que se va derrochando gota a gota. Recuerda que para la mayoría de las redes sociales y páginas webs, el producto eres tú (y tu tiempo). Repito: no eres un cliente, eres un producto. Como si fuera una tienda a pie de calle, en la que estás el tiempo justo necesario para adquirir los productos que necesitas, plantéate entrar en Internet y en tus aplicaciones solo el tiempo que se requiera para hacer la gestión. Cuanto más tiempo estés, más anuncios aparecerán y más estímulos que atraigan tu atención. Como en el parque de atracciones. La conectividad 24/7 supone que los cazadores de atención (anunciantes, gurús, vendedores, amigos…) estén siempre abiertos.
En esta realidad, que debemos aceptar, ¿cómo podemos tomar mejores decisiones y más conscientes, y dejar de regalar nuestro tiempo ?
Para mí, la respuesta es la atención plena, es decir, estar plenamente consciente y presente en el momento. Entrenar la atención y aprender a dirigir el foco centrándonos en la realidad del momento.
Plenitud y foco
La plenitud quiere decir que estás al 100% en la tarea o situación que ahora estés viviendo, sea buena o mala, te guste más o menos. Vamos a dejar a un lado la moda del mindfulness y la mala utilización que de estos términos se está haciendo en la actualidad, que se usa hasta para vender coches, y veamos la verdadera esencia del término:
Cuando hablo de atención plena, me refiero a estar en el momento en el que eres plenamente consciente de tus pensamientos, tu presencia física, tus emociones, tus sentidos y todo lo que te rodea, sin juzgar y con un sentido de curiosidad. Y no solo eso:
Cuando aplicamos esta visión general a la concreción de la realidad de cada uno, cuando lo introducimos en el día a día, en lo laboral y lo personal, observamos que la atención plena es estar completamente presente en el momento mejorando la calidad, la experiencia y el desempeño de las tareas. Hay muchos blogs y libros que hablan de la vertiente más espiritual de la atención plena y a ellos te remito si ese es tu interés; mi objetivo es que lo apliques en tu vida para que ésta mejore y seas más consciente.
Esa conciencia es la que te da la posibilidad de elegir: a qué y cómo atiendes, en qué te enfocas, qué valores dominan en tu vida, qué hábitos —buenos y malos— ocupan tu tiempo y tu mente, cómo reaccionas ante lo imprevisto, cómo asumes tu pasado, cómo recibes el futuro, con qué actitud deseas vivir, cómo te amas, cómo amas, y cómo te dejas amar, etc. Tú tienes la capacidad de decidir. ¿Prefieres dejarlo al libre albedrío?
Ser consciente de cómo pasa tu tiempo te da la conciencia necesaria para crear los resultados que deseas en tu vida.
Vivir en atención plena y ser consciente de tu ahora (en cuerpo y mente) enriquece cada una de tus experiencias, te conecta con la vida participando de ella como actor y no como espectador, activa tus habilidades y te ayuda a realizarte en todo tu potencial, además de mejorar tus relaciones con los demás.
Permítete estar presente en lo que más te importa y cuando más importa, que suele ser ahora. Vive con plenitud este momento. Al estar presente puedes dirigir el uso del tiempo y ocuparlo en lo que de verdad quieres. Incluso si lo que quieres es un tiempo de desconexión de tus tareas mentales para distraerte con los estímulos de Internet o pasar la tarde en el parque de atracciones. En ese momento estás eligiendo de forma consciente y sabes cuando parar. Subes a tus atracciones preferidas, las disfrutas con plenitud, y te vas mucho más satisfecha que si te dejas llevar sin control o solo te fijas en lo que has dejado de hacer, en lo que no tienes.
Te invito a que dejes de pelearte todo el día contigo misma por culpa de la hiperconexión y de lamentarte después por no haber realizado todas tus tareas o no haber cumplido objetivos. Deja de decir que mañana será diferente y empieza ahora.
No estar presente es uno de los mayores ladrones de tiempo.
EnfocArte
En el programa EnfocArte analizamos los hábitos atencionales. Muchas personas se sorprenden de los resultados. El primer paso siempre es darte cuenta, reconocer y aceptar la realidad en la que vives. A partir de ese reconocimiento, empezamos a trabajar para vivir la plenitud del momento y desarrollar el poder de la atención; ese poder que te ayuda a poner el foco y dirigirlo cada día.
Cuando te entrenas para estar presente en el momento con plenitud y foco, te haces cargo del tiempo de una manera nueva y eres capaz de recurrir a tus talentos, intuición, creatividad y yo superior. Cuanto más presente estás, mejor te desempeñas. Como dice Fernando Torrijos, las personas de éxito tienen un sentido de dirección muy concreto, no están distraídas, al contrario, están muy enfocadas. Cuando te falta dirección (foco) no estás alerta, tu mente es muy dispersa y es esa dispersión la que te impide conseguir tus objetivos. Poco avanza una mente bulliciosa. No hay más que fijarse en los deportistas de élite.
Obsérvate un día cualquiera: ¿pasas más tiempo en el parque de atracciones mental lleno de bullicio o diriges tus minutos con calma, serenidad y foco?
En breve abriré las plazas para el programa EnfocArte en formato online. Permanece atenta.
Foto de Kevin Jarrett vía Unsplash