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Autoficción, relato personal y storytelling

Autoficción, en pocas palabras, es contar una experiencia real con toques de ficción. Algo que cualquiera hace desde que empieza a hablar: bien porque la narración de algo que ha ocurrido se exagera, bien porque se omiten detalles que se cambian por diversos motivos, bien porque no se recuerda con exactitud, o bien porque nuestras creencias pasan la experiencia por filtros que hacen que esta varíe.

En literatura se ha utilizado mucho, no en vano en todas las obras es normal poner algo de nuestra vida. Como subgénero, la autoficción, en formato largo, se mueve entre la autobiografía y la novela. Para algunos estudiosos supone un nuevo planteamiento de la primera, bajo un envoltorio de novela, con lo que se crea un pacto ambiguo. Yo creo que es más que eso.

Además, en la actualidad, encontramos mucha autoficción en formato más corto como es el relato e incluso rozando el llamado storytelling que se usa en marketing, como veremos más adelante.

Orígenes de la autoficción

¿Cómo surge la autoficción como un subgénero de la literatura?

En 1977, el escritor francés Serge Doubrovsky publica la novela Hijos con la que acuña el término autoficción, al definir su libro como una «ficción de acontecimientos estrictamente reales». 

Este hito es el que se considera como nacimiento de un subgénero literario, en el que el autor se identifica con el narrador, pero donde los hechos que se relatan y los nombres del resto de personajes de la historia pueden ser ficticios.

El pacto con el lector

En literatura, el autor establece siempre un pacto con el lector, es decir, que en la relación escritor-lector se crea una especie de acuerdo que fija cuáles van a ser las características de su relato. 

El pacto autobiográfico garantiza que los datos y los hechos que cuenta el autor sobre su propia vida son reales y contrastables. 

El pacto en la novela es todo lo opuesto: el lector tiene claro que está ante una ficción, que puede hacer real en su mente al recrear la historia pero siempre basado en la imaginación del autor. 

En el caso de la autoficción, se rompen tanto el pacto autobiográfico como el novelesco y se crea uno intermedio que se denomina pacto ambiguo. Se crea así una nueva alternativa literaria combinando las dos anteriores ya que el personaje, que es el mismo narrador, es real, pero el texto y los hechos de los que habla, no, o no todos.

Y damos un paso más porque en la autoficción, desde un punto de vista pragmático, se da el mismo pacto entre autor y lector que se establece en la autobiografía, pero, al mismo tiempo, se declara abiertamente como una escritura ficticia. Así, queda al lector la tarea de interpretar lo leído como hechos reales o como ficticios o, como algo intermedio en lo que no queda claro qué es real y qué no. Como digo: pacto ambiguo. 

Diferencias entre subgéneros

La autoficción la trabajo en los talleres de escribir no ficción, aunque la encontrarás en cursos de escritura creativa también, porque sería algo así como un «basado en hechos reales» sin llegar a ser biografía o memorias. 

Vamos a ver las diferencias:

Autobiografía

La principal diferencia, como hemos dicho, es el pacto con el lector en cuanto a la veracidad de los hechos que se cuentan.

En la autobiografía el autor narra su vida como protagonista de la misma,  desde su nacimiento, pasando por los logros, fracasos, experiencias, reconocimientos y hechos relevantes.

En este tipo de libros el autor hace un pacto autobiográfico con el lector, por el que se compromete a que todo lo que cuente en la obra ocurrió de verdad. Y el lector, por su parte, se compromete a creérselo como hechos reales.

El lector puede preguntarse: ¿de verdad es lo que pasó? Sea como fuere, el lector decide que se lo va a creer porque el género autobiográfico se basa precisamente en ese pacto.

Memorias

Es una relato autobiográfico de un momento concreto de la vida del autor. En las memorias, sobre todo cuando se tocan temas espinosos, se permite cambiar los nombres de las personas que intervienen e incluso datos del entorno, etc. por mantener el derecho a la privacidad si no hemos recibido permiso para usarlos. 

Ensayo personal

En esencia, el ensayo personal es una pieza de escritura de no ficción que comparte una historia interesante, que busca bien la reflexión, bien entretener o divertir a los lectores (los monólogos entrarían en este espacio) a partir de las experiencias personales del autor (incluso si se trata de información de segunda mano). También llamado ensayo narrativo, el ensayo personal es diferente de los otros ensayos, porque comparte una historia.

En principio, la historia de un ensayo personal debe ser de no ficción, es decir, la historia de la que parte debe ser cierta. De lo contrario, sería un cuento ficticio. Ora cosa es que el autor utilice la licencia poética para condensar las líneas de tiempo, las conversaciones y cambiar los nombres/descripciones de manera que sus historias sean más interesantes, o para proteger las identidades de amigos y familiares.

El diario

Son textos reales en los que además de experiencias personales, se recogen emociones, sentimiento, reflexiones íntimas. Rara vez se publican ya que entra dentro de lo que escribimos en la intimidad. 

Es una de las herramientas que proponemos en escritura terapéutica y emocional ya que al escribir sabiendo que nadie va a leerlo se eliminan obstáculos para sacar de dentro todo lo que nos preocupa evitando así que ciertas emociones se enquisten.

Autoficción

Desde mi punto de vista podría recoger y englobar todas las anteriores. Como subgénero aparte se refiere a obras escritas en primera persona por el propio autor, que coincide con el narrador, en el que se toma la licencia novelística de modificar nombres, lugares y darles un barniz de ficción a cualquiera de los elementos que intervienen, excepto a sí mismo que es el protagonista absoluto.

Te recuerdo que el principal matiz es el pacto con el lector: si en el pacto autobiográfico el autor se compromete a contar la verdad de los hechos y el lector a creérselo, en el otro extremo tenemos el pacto de la ficción por el que el lector sabe que todo es imaginado.

En la autoficción el pacto que se establece es ambiguo, dado que se encuentra a medio camino entre el pacto autobiográfico y el de ficción. 

Por tanto, el autor recurre a su realidad para inspirarse. Se convierte en protagonista de la narración manipulándola y reconstruyéndola a su antojo. Lo privado parece que deja de serlo, pero no necesariamente, ya que lo que no se quiere desvelar, queda oculto o moldeado. 

Evita así la rigidez de la autobiografía que es totalmente testimonial. La autoficción representa una oportunidad más atractiva de contar esa historia, porque las posibilidades que se le pueden sumar son infinitas. El autor puede añadir contenido y cambiar datos, exagerar situaciones, inventar diálogos, etc.

¿Qué es la realidad y qué es lo inventado? Solo lo sabe el autor y, en todo caso, aquellas personas cercanas que vivieron lo contado.

Autoficción escribir
Recoge ideas y vivencias para escribir sobre ellas después

Ejemplos de autoficción

Hasta no hace mucho, la autoficción se relacionaba sobre todo con escritores franceses contemporáneos como: Hélène Cixous, Annie Ernaux, Michel Houellebecq, Assia Djebar o Christine Angot. En la actualidad muchos escritores españoles han apostado por la autoficción, ya que es una escritura que les permite esconderse tras la máscara de la ficción al mismo tiempo que comparten recuerdos y pensamientos literarios con el lector.

Hasta que Serge Doubrovsky definió este tipo de narrativa, los relatos anteriores no habían sido reconocidos como autoficción, sin embargo conocemos autores que ya la usaban como Dante Alighieri en La divina comedia que narraba su particular descenso a los infiernos, o Mario Vargas Llosa que publicó el mismo año que Doubrovsky La tía Julia y el escribidor, una novela en la que el protagonista es el joven Mario que quiere ser escritor. También en El cuarto de atrás de Carmen Martín Gaite (1978), la protagonista es una escritora llamada C. que habla sobre sus obras publicadas sobre las que estaba trabajando en ese momento.

Otros autores actuales que podemos enmarcar dentro de la autoficción, son el noruego Karl Ove Knausgård con la serie Mi lucha (seis libros: La muerte del padre, Un hombre enamorado, La isla de la infancia, Bailando en la oscuridad, Tiene que llover y Fin, en los que él es el protagonista, pero cuyos relatos y personajes se pasean entre lo real y la ficción), la escritora vasca Miren Agur Meabe con su novela Un ojo de cristal, Luis Landero con El huerto de Emerson, Rosa Montero con La loca de la casa o  Alejandro Palomas con novelas en las que narra episodios familiares como Un amor, Un hijo, y otras.

Autoficción y Storytelling

La autoficción está de moda quizá, en mi opinión, por el auge del storytelling en una sociedad tan marketinizada. No son pocos los posts en blogs o en Instagram, e incluso hilos de Twitter y sobre todo newsletters, en los que se utiliza la propia experiencia maquillada con algo de ficción para exponer un tema. 

Por ejemplo, en 2017 fue viral un hilo de Twitter publicado por el escritor Manuel Bartual en el que contaba los supuestos acontecimientos a los que estaba asistiendo en sus vacaciones, «en un hotel cerca de la playa». Con esta premisa, Bartual desgranaba una historia en pequeñísimos episodios (lo que cabe en un tuit), que en solo 6 días consiguió millones de likes y miles de retuits haciéndose viral. Comenzaba así: «Ando de vacaciones desde hace un par de días, en un hotel cerca de la playa», «iba todo bien hasta que han comenzado a suceder cosas raras». 

En palabras de la experta en copywriting Maider Tomasena:

«Las historias te persiguen y salen de tu boca en situaciones tan cotidianas como…

Cuando cuentas a otra persona algo que te ocurrió en aquel verano del 97 para mostrarle un poco más de ti.

En el momento en el que llamas a tu madre para contarle la historia de esa persona que conociste en tu viaje a Londres.

Cuando detallas a un amigo tu historia con otras personas que él no conoce o sí. Lo que viene a ser un poco de cotilleo.

Cuentas lo que te ha ocurrido cuando entraste en aquel restaurante en el que te trataron de pena.

Hablas sobre infinidad de productos, servicios o marcas que te gustan en formato historia.

Con todas estas historias estás entreteniendo a otra persona. Y sabes que tus propias experiencias pueden ser suficientes para que otra persona cambie de opinión sobre algo en concreto (la también llamada prueba social).

La clave del storytelling es contar una historia a tus lectores que quieren leer y con la que quieren sentirse identificados. Ellos quieren ser los héroes de lo que estás contando.

Porque las historias bien contadas pueden influir en las personas que la leen e incitarles a la acción. Son capaces de generar simpatía, polémica e incluso una revolución».

Lo mas importante del storytelling es que actúa sobre la emoción del que lee y se identifica con el autor. Como cualquier novela o relato de autoficción que se precie, ¿no crees?

El consumo fast food de contenido está haciendo resurgir el relato de autoficción, ya sea en formato relato como tal, ya sea en formato post en redes sociales.

Autoficción y narrativa interna

En realidad, contarse y narrarse a uno mismo va con la persona desde que el mundo es mundo. Todos somos autonarradores: nos contamos lo que acaba de ocurrir, lo que debería haber dicho en esa conversación que acabo de tener y no dije, lo que quiero que pase cuando planifico o deseo algo, etc.  

Los que escribimos lo solemos hacer partiendo de nuestras experiencias personales, de nuestros problemas, deseos, miedos, frustraciones… Escribir sobre lo que nos ocurre por dentro es terapéutico tanto si te dedicas a la escritura como de manera personal e íntima, como te cuento en «Escribir desde las entrañas».

Por eso es un recurso que utilizo en los talleres: contar una experiencia desde dentro como protagonista y volverla a contar como persona que observa la escena.

Si quieres trabajar con el relato de autoficción en tu propio desarrollo personal, además de otras herramientas, recuerda que tengo dos talleres a tu disposición:

Taller de escritura terapéutica/emocional

Taller: mejora tu autoestima con la escritura

¿Te gusta la autoficción?

Te leo en comentarios. Gracias por llegar hasta aquí.

(Foto de  Etienne Girardet vía Unsplash)

2 Comments

  1. ana martin
    3 mayo, 2022

    que bien explicado Pilar, gracias por continuar formándonos a través de tu blog.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      4 mayo, 2022

      Gracias, Ana. Aquí seguimos. Un gusto tenerte cerquita

      Responder

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