Esfuerzo y constancia: claves del éxito

 

Hace unos días tuve la suerte de asistir a la charla que Tomás Jofresa (ex-jugador de baloncesto de la Selección Española y del Juventud de Badalona) dio en el colegio de mis hijos. La charla se titulaba “Esfuerzo y constancia: grandes retos en la formación de nuestros hijos” y sobre eso iba, sobre la importancia de esforzarse y ser constante para llevar una vida de satisfacción y plenitud.

La charla fue my interesante porque muestra cómo las “estrellas” que nuestros hijos admiran no están “ahí” por casualidad. Muchos han empezado desde pequeños sin desfallecer (o desfalleciendo y saliendo adelante) y han seguido un camino duro para llegar a donde están ahora. Seguro que muchos ejemplos nos viene a la cabeza: el niño con pocos recursos que juega al futbol en la calle y es descubierto por un ojeador que lo ficha y lo encumbra, el que sí tiene recursos y es “obligado” a estudiar una carrera a la vez que destaca en la élite deportiva doblando esfuerzos, cantantes que se presentan a mil concursos sin tirar la toalla hasta que consiguen el éxito….. En cualquier caso, esfuerzo y constancia, y creer en uno mismo.

Como madre me interesó mucho lo que escuché, pero más como persona. En mi opinión la charla debía ir más dirigida a los alumnos (como de hecho se hizo también en el colegio), a los hijos, para que lo escucharan de un tercero que lo ha vivido en primera persona, y no de un padre o profesor hablando de otros. No decirles lo que han hecho otros, si no lo que he hecho yo. Fue duro ver ese partido perdido en el último segundo. Duro imaginar los sentimientos que agolpaban a los jugadores en ese instante; pasar del momento de verte ganador al momento de verte perdedor. Pero no, no eran perdedores. Como bien dijo Tomás Jofresa, el partido no se gana o se pierde en el último punto pues todo el partido es una suma de puntos, y esos puntos vienen de los entrenamientos, de las actitudes, de la estrategia. Es una suma de momentos. Un trabajo, un esfuerzo, que ni empieza ni acaba en el partido. Como la vida: una suma de momentos, todos ellos igual de importantes.

Las principales ideas de la charla que, a mi parecer, debemos inculcar a nuestros hijos (y a nosotros) son las siguientes:

Tomar conciencia de que debemos dar el máximo en aquello que hagamos, ya sea un deporte, un trabajo, hacer la comida… lo que sea.

En el caso de Tomás Jofresa, la pasión por el basket le ayudó a ser constante y esforzarse en lo que no era su pasión. Es decir, que lo positivo que nos dé dedicar tiempo a lo que nos motiva más, debe servir también para realizar lo que no nos gusta. Así, si nuestros hijos son apasionados de un deporte, tocan un instrumento, programan como nadie o lo que sea, esa dedicación debe darles herramientas para realizar las tareas menos apetecibles pero obligatorias.

Es importante buscar objetivos vitales desde el interior. El éxito no está fuera de nosotros, está dentro de cada uno.

Implicar a nuestros hijos en entornos que sean modelo para ellos. Normalmente, los niños buscan modelos en la gente famosa, o a veces incluso entre sus conocidos más cercanos. Gente a la que imitar o a la que le gustaría parecerse. Está en nuestra mano que les facilitemos esos modelos que potencien el esfuerzo y la constancia (y no el éxito fácil), el trabajo y el ser fiel a unos objetivos. Personas y/o entornos modelo que trasmitan valores.

Les hacemos un regalo si les enseñamos a relativizar los fracasos. Siempre, aunque en un partido hayan salido derrotados o hayan suspendido un examen, deben decir en su interior: Soy una persona de éxito. En nuestra conciencia sabemos lo que está bien y lo que está mal, y sabemos si, aunque hayamos perdido, lo hemos dado todo o podíamos dar más. Aunque no sean el número uno y el resultado no les guste, enséñales a fijarse en el proceso y que vean sinceramente si están satisfechos con el trabajo realizado. Pregúntale si cree que ha trabajado bien y si se ha esforzado para que se sienta satisfecho con su trabajo, entrenamiento o preparación, sin dar tanta importancia al resultado final.

De esta manera, dando el máximo y buscando la satisfacción interna, es como realmente se ganarán el respeto de los demás (y el suyo propio). Valorar el esfuerzo realizado, admirarles y reconocerles ese esfuerzo va a ser una motivación a la larga mayor que un buen resultado a la primera con menos esfuerzo.

No ceder nunca en las normas que les hayamos puesto. Hay que ir modificándolas conforme el niño crece y cambia, adaptarlas a las circunstancias cada cierto tiempo. Pero una vez tomadas, los padres no debemos ceder.

Ser creativos en nuestra relación con ellos, abordar ciertas situaciones desde el humor. Muchas veces las emociones distorsionan un hecho concreto o una situación jugándoles malas pasadas. De cómo abordemos esas situaciones depende su auto-gestión. La educación emocional es por eso tan importante. Respetar la emoción que sienten sin juzgarles, dándoles herramientas para que reconozcan la emoción y la puedan gestionar sin dejarse llevar por ella.

Y hasta aquí las principales conclusiones que saque de la charla. Quizá no es exacto a lo que Tomás Jofresa nos contó, quizá está pasado por mi personal visión, quizá… Sea como sea el mensaje principal es claro:

la constancia y el esfuerzo son dos actitudes que nos llevarán al éxito

Sin olvidar que el éxito no es salir en la tele o ganar más dinero que nadie o ser el más guapo. El éxito está dentro de cada uno de nosotros y no es más que la satisfacción de ir logrado nuestros objetivos, la satisfacción del trabajo bien hecho. Educando en valores es como lograremos que nuestros hijos se sientan satisfechos como personas. La felicidad reflejada en su cara es la muestra de sus pequeños éxitos conseguidos. Y nunca nunca nunca dudar de sus capacidades.

Junto a la constancia y el esfuerzo añadir el amor, la confianza y la honestidad de los padres hacía los hijos.

Gracias Tomás Jofresa (@tomijofresa). Muchos éxitos!

¿Crees que el esfuerzo y la constancia son fundamentales en la educación de nuestros hijos, en la actual sociedad de “lo inmediato” y la “vida fácil”?. Deja tu comentario.

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