Estarás conmigo en que se habla hasta la saciedad sobre felicidad. No en vano, si escribes el término felicidad en Google obtienes unas 53.600 entradas en 0,33 segundos. ¡Una barbaridad! Esto nos da una idea de la cantidad de gente que sigue buscando la felicidad, y ¿la encuentra?
Con estos antecedentes parece que este post no es muy original. En realidad, tenía pendiente publicar esta foto que hice el pasado verano en una ciudad europea. Nada más hacer la foto me dijo mi marido: «seguro que es para el blog», y sí, esa era la idea, así que aquí está.
Y es que ¡es genial! ¿no crees? ¿Cuánta gente hace cosas o va de un lado para otro buscando la felicidad? ¿Es la felicidad una meta? La idea de la foto es muy parecida a la teoría de la rueda del hamster según la cual nos pasamos la vida dando vueltas en el mismo sentido buscando una meta que nunca se alcanza:
cuándo encuentre trabajo…, cuando tenga hijos…, cuando me asciendan…, cuando me cambien de jefe…, cuando apruebe…, y el super conocido: si me toca la lotería…
La foto nos dice lo mismo: ¡La felicidad está al doblar la esquina! Doblas la esquina y si no encuentras la felicidad, doblas la siguiente esquina, y así sucesivamente vas dando vueltas a la manzana sin alcanzar nunca la meta, que no es otra que la felicidad.
Y ¿por qué? Porque la felicidad no es una situación a alcanzar, si no un estado que está aquí y ahora. Y no tienes que correr en su búsqueda, si no parar y darte cuenta de lo que tienes en este instante.
Para ser feliz hay que saber parar.
El mensaje de mindfulness es: ¡Para! Mindfulness nos ayuda y enseña a parar: Interrumpe lo que estás haciendo durante un momento y respira, interrumpe el parloteo mental que no te deja avanzar y siente el momento. Date cuenta de lo que ya eres. Para poco a poco, con suavidad, sin exigirte, sin juzgarte y saborea lo que eres.
La felicidad es un estado que sientes cuando tu mente está en calma, aceptando lo que tienes y lo que eres, desidentificándote de lo que te preocupa, siendo amable contigo mismo y con los demás. La meditación ayuda mucho a encontrar esta calma. También ayuda acostumbrarte a parar en diversos momentos del día, apenas un par de minutos.
Esta mañana leí en una publicación de Facebook:
Sé feliz en este momento porque este momento es tu vida.
Termino este mini-post de hoy invitándoos a recordar la película del Mago de Hoz (otro ejemplo de la búsqueda de la felicidad) y a re-leer El Principito.
Puedes compartir esta entrada si te ha gustado. Y no olvides que si quieres aprender a parar a través del mindfulness, puedes ponerte en contacto conmigo. Te puedo guiar y acompañar.
Gracias por estar ahí y por compartir. Sé feliz!!! Y si no lo eres o no lo sientes así, cierra los ojos y repite: ¡¡Que yo sea feliz!!