Aquí y ahora
Parece que nos invade una moda del estar aquí y ahora, caiga quien caiga y pase lo que pase. Que lo único que es importante para ser feliz es vivir en el presente, así, sin más, a lo bruto y sin red. ¿Piensas lo mismo? Ultimamente lo verás por todas partes hasta el punto de que te puede crear más ansiedad si nos estás segura de hacerlo bien, de vivir como se debe para ser feliz. Parece que si nos practicas mindfulness y no vives en el presente, nunca serás feliz.
En realidad, algunos titulares y algunas frases de las que triunfan en Internet lo que hacen es confundirnos.
Planes de futuro vs vivir el presente
Recuerdo un debate en un curso de Mindfulness. Yo le explicaba al instructor que a mí me iba muy bien recrear en mi mente algunas situaciones antes de que sucedieran. Y que esa “anticipación” me ayudaba a gestionar mejor la situación cuando llegaba. Por ejemplo, si tenia que hablar en público, visualizar cómo lo haría, qué diría, etc. Verme por adelantado ante los asistentes y recrear el discurso en mi mente, me hacía gestionar mejor los nervios y el miedo escénico. Sí, me decía el instructor, te entiendo, pero no estás en el presente.
Ese pero no lo entendía entonces como lo entiendo ahora. Lo que me parecía un reproche y un comentario negativo, no lo era. En ese pero, una sola palabra, yo escuchaba muchas más: “no lo estás haciendo bien porque tienes que vivir en el presente a todas horas y al visualizar ese momento que no ha llegado estás viviendo en el futuro, y así no se hace, no es mindfulness” (más de 30 palabras).
El profesor no me juzgaba ni me decía si mi forma de proceder era buena o mala, si lo hacía bien o mal. No decía nada más que poner sobre la mesa un hecho: no estás en el presente.
Era yo misma la que iniciaba ese runrún de pensamientos auto-juzgándome (aunque pensara para mis adentros que era él el que me juzgaba), manifestando ese miedo a “no hacerlo bien”. Era yo la que interpretaba como quería una sola palabra dicha por el instructor sin valoración ninguna.
Y es verdad que mientras visualizas el futuro, haces planes o recuerdas un pasado, tu mente no está en el ahora, en lo que ocurre en este momento. Porque tú sí que estás; es tu mente la que va y viene. ¿Es malo? Por supuesto que no. No es ni bueno ni malo. Es algo que hay que hacer. Y lo importante, o de lo que hablamos en mindfulness, no es que haya que tener la mente siempre en este momento. Podría ser hasta aburrido no poder intervenir ni recordando ni planificando. Sería muy “estático”: yo me siento en esta silla y dejo que las cosas ocurran.
Las dos palabras mágicas del mindfulness son: darse cuenta
La clave de vivir en el presente es que te des cuenta de cuando tu mente se va, dejada de la mano de Dios, vagando por ahí y trayendo malestar a tu vida, y que te des cuenta de las veces que la traes de vuelta por tu voluntad.
Vivir en el presente es ser consciente de lo que haces en cada momento. Darte cuenta incluso de cuando vas en piloto automático. Ese “lo que haces” puede ser rememorar situaciones de tu infancia mientras ordenas un álbum de fotos, y puede ser planificar las comidas del mes. Puede ser una mirada al pasado (sin engancharte en él con lamentos) y puede ser una mirada al futuro (sin dejarte llevar por los cuando tenga, cuando haga, cuando cumpla…)
Lo aclara muy bien John Kabat -Zinn en una entrevista en la que dice que él programa la agenda y después se olvida del futuro, vuelve al presente. Y añade que es importante planificar, y también recodar las lecciones del pasado. Y después, se trata de volver al momento presente.
Además, estar en el presente supone adquirir un compromiso contigo misma. No significa estar como convidado de piedra sin implicarte en tu propia vida. Es decir, que en el presente observas lo que te sucede, lo que sientes y lo que piensas. Esa observación te va enseñando cómo eres, lo que te afecta y lo que no, lo que crees que es mejor cambiar y lo que no. Te muestra que eres suficiente con lo que eres para lo que te ocurre en este momento sin dejar de hacer caso a la vida con la ansiedad de lo que vendrá o con el lamento por lo que se fue.
Estar en el presente, como dice Pepa Pérez, exige coraje. Es de valientes porque la observación a veces te devuelve una realidad de ti que no te gusta. Y sin embargo, la aceptas. Porque sólo a partir de la aceptación puede construirse un futuro mejor.
Entrenamiento mindfulness
Mindfulness te entrena para actuar desde el presente, ya sea un planificación, una espera, un proyecto o un recuerdo, una enseñanza, una ausencia.
Desde el presente observas si tus actos están alineados con tus valores, si hay algo que ajustar, soltar o adquirir: un nuevo hábito, una mala costumbre, una creencia que te domina sin razón y no te aporta nada.
Si el pasado no se puede cambiar (tu idea sobre él, sí) y el futuro no lo conoces (aunque puedes planificar y soltar para que se ajuste a las circunstancias cambiantes), ¿para qué pre-ocuparte tanto? Te observas en tu presente y te preguntas:
- ¿qué cambio deseo en mí?
- ¿qué le pido al mundo?
- ¿cómo quiero que sea mi presencia y mi huella en el mundo?…
y actúas en consecuencia y con coherencia. No es necesario estar las 24 horas en estado de presencia. La mente va y viene. Con mindfulness te entrenas para que en ese ir y venir siempre haya consciencia y siempre haya una vuelta a casa: una vuelta a tu yo de ahora, de este momento y en este lugar.
Vivir el presente en el sentido de dejarte llevar por lo que ocurra, sin intervenir, supone que otros decidirán por ti; en cambio, estar presente con consciencia implica que eres tú quien interviene en la transformación de tu vida para que sea como deseas. Porque en el presente también hay deseos y metas. La diferencia es que formulas tu deseo, observas lo que tienes para lograrlo, actúas y cambias lo necesario. No vivir ese deseo desde el presente implica que te enredas con el ojalá pudiera y no actúas, no intervienes para conseguirlo.
Vivir en el presente es de valientes porque implica un compromiso, porque aceptas que eres quien eres y que estás donde estás con tus emociones, cualidades, sueños, relaciones, defectos, pasado y futuro. Significa amar lo que ya eres y darte cuenta de cada vez que vas y cada vez que vuelves. En definitiva vivir el presente es vivir consciente de lo que haces y dices, de lo que piensas, de lo que sientes y del espacio que ocupas.
Porque la felicidad no se desea. La felicidad se tiene, está aquí y ahora, en el presente. Sólo requiere que te des cuenta.
9 mayo, 2018
Me ha encantado este post, me he identificado con muchas cosas, la ansiedad, exceso de futuro, depresión excesos l de pasado y me encanta lo del.mindfulness. gracias por escribir este post.
9 mayo, 2018
Muchas gracias Marly. A veces es necesario aclarar ciertos conceptos. Cualquier duda que tengas, estoy a tu disposición. Un saludo
9 mayo, 2018
Oh! Pilar, me ha encantado tu artículo.
Creo que detecta muy bien la obsesión actual con el crecimiento personal (🙋🏻♀️culpable) y la confusión entre presencia y vivir presente, como si fuera una obligación, como bien dices.
A mí también me sirve visualizar, planificar, y a veces entretenerme en nostalgias.
E incluso, darle ese escape de pensamientos circulares a veces, porque no soy perfecta ni quiero, y me alivia “engancharme “ un tiempo y luego soltar. Si lo hago en movimiento y en la naturaleza, es como reciclar la mente.
Saludos y gracias por compartir!
13 mayo, 2018
Gracias a ti por tu comentario. De culpable nada; profesionales como tu son necesarios para aclarar estos conceptos. Un abrazo