Herramientas bienestar

Tu kit feelgood, o cómo tener una caja de herramientas de bienestar

¿Kit feelgood?

Para ser una persona que huye de los anglicismos cuando hay una palabra en castellano, con este titular me he lucido, ¿no crees?

Pero no me digas que no queda bien tener tu propio kit feelgood o de herramientas para tu bienestar porque, ¿a quien no le gusta sentirse bien?

En uno de los cursos que hice sobre mindfulness, el instructor nos repetía una y otra vez que no había una práctica mejor que otra, y esto había que tenerlo muy en cuenta cuando tuviéramos a nuestros propios alumnos. La idea era conocer el máximo posible de meditaciones y ejercicios de manera que tuviéramos nuestra propia caja de herramientas. Y así como un mecánico tiene cerca todas las herramientas que puede utilizar, solo va a hacer uso de la que necesite para reparar la avería que tenga delante. 

Y esto es lo que les digo también a mis alumnas de escritura terapéutica o emocional: les muestro multitud de ejercicios para que usen los que necesiten en cada momento concreto.

Otro mensaje importante es que debes prepararte y entrenarte cuando estás bien y tener listo tu kit para echar mano de él cuando no estás tan bien.

A menudo me he encontrado en grupos de mindfulness a personas con algún problema, depresión o ansiedad son los más comunes, que se han quejado de que se sentían peor y no se relajaban o se solucionaba su problema. Claro. Mindfulness no es un solucionador, es una forma de estar en el mundo que te aporta más consciencia. Si estás muy mal y nunca has practicado antes, puede incluso ponerte peor al no estar aún habituada a gestionar esos pensamientos y verlos con perspectiva. 

Por eso: entrena en épocas que estés bien, aprende y, cuando llegue un momento malo, tendrás recursos más que suficientes para lidiar con ello.

Fíjate en los futbolistas, por ejemplo, simulan jugadas y entrenan para estar preparados el día del partido. 

¿Qué es lo que te sienta bien?

Quizá ya has pensado sobre esto y conoces qué te hace bien. Otro ejemplo: tienes un día plof, ¿qué haces? ¿Te lanzas a la despensa y luego te sientes peor? ¿O sales a hacer deporte, hablas con alguien, ves una película, escribes…? 

Todas necesitamos herramientas de apoyo en nuestra vida, especialmente cuando el mundo parece estar al borde del colapso semana tras semana y las noticias negativas se suceden afectando a nuestro ánimo general, o vives un momento malo por algún tema personal.

Ahí es donde entra en juego el kit feelgood o de herramientas de bienestar que te ayude a sentirte apoyada y conectada a tierra, y a remontar cuando lo necesites.

Crear este tipo de kit de herramientas de bienestar es útil porque significa que tienes una lista de herramientas a las que recurrir cuando quieras sentirte más equilibrada, serena, conectada…

En este post te doy algunas ideas para que desde ya crees tu propio kit feelgood para que pequeñas averías no echen a perder el funcionamiento correcto de la máquina:

¿Qué es un Kit feelgood de herramientas de bienestar?

Un kit de herramientas de bienestar es un grupo de hábitos, acciones y productos que te hacen sentir bien. Y, ¡ojo!, no es buscar un positivismo que enmascare la realidad o evitarla; al revés, es tomar conciencia y darte lo que necesitas: sal si el guiso está soso, luz si el sol se ha escondido y quieres leer, agua si tienes sed, abrigo si tienes frío… 

Saber qué es lo que te conviene en cada momento y dártelo sin esperar a que otros te salven, sin dejarte caer y ser víctima. Todo lo que necesitas está en tu kit para su uso. ¿Práctico, verdad?

No lo necesitarás todo para cada momento, ni necesitarás cargar con toda la caja las 24 horas del día. Puedes tener tu kit básico como cuando sales al campo y llevas tu bolsa de primeros auxilios, o vas a una boda y metes lo mínimo para retocarte el maquillaje en el baño. Es decir, la idea es que tenga una caja de herramientas muy completa de manera que, cuando algo necesita ser reparado o rearmado, puedes encontrar la herramienta adecuada para la situación.

No es necesariamente un kit de herramientas físicas (por si lo has pensado al hacer el símil con el mecánico), sino más bien una colección de cosas/actividades/gestos que te ayudan a sentirte mejor y tomar conciencia para seguir con tu día o decidir cuál es la mejor respuesta a lo que te ocurra.

Tu kit de herramientas está ahí para ayudarte a conectarte a tierra cuando lo necesites. Puedes pensar en ello también como anclas para la mente, el cuerpo y el alma. 

¿Qué puede tener tu Kit de herramientas de bienestar: kit feelgood?

Muchas de ellas están en mi propio kit y te agradeceré que me cuentes si incluyes alguna más en el tuyo que no esté en esta lista:

1.Respiración: es la práctica básica de mindfulness y se utiliza como anclaje para iniciar otras prácticas meditativas más profundas.  La respiración es una buena opción, rápida y fácil de usar (no necesitas nada más que hacer una pausa) porque te ayuda a ser consciente sin la presión de tratar de aquietar tu mente y te ayuda a serenar y tomar conciencia de tu aquí y tu ahora. A partir de aquí, tengo todo un kit de meditaciones diferentes a las que acudo según el día y cómo me sienta.

2. Un cuaderno y un bolígrafo: como no podía ser de otra manera, para mí escribir es una de las mejores prácticas de autocuidado. Muchas preocupaciones se disipan por el mero hecho de escribirlas. Hay gran variedad de ejercicios de escritura para diferentes momentos de la vida.

3. La música: Para algunos, tocarla. No en mi caso que se me da fatal, pero sí escucharla. Además del placer que te da (no solo escuchar, también bailar) hay una práctica de atención con música que ayuda mucho a aquietar la mente y dejar que los pensamientos que nos torturan sin que podamos hacer nada, pasen como nubes en el cielo. ¿La has probado?

4. El mar, el bosque, el lago… Cualquier lugar de la naturaleza que te inspire y te aporte. Para mí es el mar por encima de todo lo demás, pero también me ayuda el contacto con cualquier otro, sobre todo si lleva agua (soy Piscis :)). De hecho, el contacto con la naturaleza para los que vivimos en la ciudad debería ser obligatorio, ¿no crees?

5. Una esterilla: o, lo que es lo mismo, la posibilidad de practicar yoga, estiramientos, meditación, ejercicios de relajación… en cualquier momento y lugar. Yoga no lo practico, pero lo demás, sí.

6. Caminar: Es de mis herramientas preferidas de mi kit. Me ayuda a practicar la evasión consciente o enfoque disperso, tan útil para mentes creativas, así como desbloquearme cuando llego a un nudo en mi escritura. Muchos de mis problemas se solucionan con una buena caminata que me abre la mente.

7. Ejercicio: una variante de los puntos 5 y 6 es el deporte o ejercicio en general. En mi caso: voy al gimnasio casi todos los días por un asunto físico, a primera hora de la mañana (voy más por obligación que por gusto), y ya es un hábito que me da toda la energía que necesito para el día. Si me levanto con mal pie, en el gimnasio se endereza. ¡Comprobado! El deporte es otra herramienta que debería ser obligatoria no solo para el kit de urgencias, sino de práctica continua.

8. Un temporizador: puede que esto te haya extrañado. Seas fan o no del método pomodoro, te invito a que la próxima vez que tengas ante ti una tarea que no deseas hacer y solo procrastinas, pruebes a usar el temporizador: dile a tu mente que vas a hacer eso durante solo 15 minutos y luego harás algo más placentero. La mente baja las barreras de forma automática porque, total, 15 minutos no son nada.

9. Una buena charla: aunque he reducido las reuniones presenciales, sí que mantengo charlas casi a diario con diferentes grupos de amigas y compañeras en Telegram, o reuniones por videoconferencia con mis mastermind, que nos dan la vida, tal cual. Compartir inquietudes, darnos apoyo y ánimo, es fundamental y se nota en los avances de nuestros respectivos proyectos.

Por supuesto, también pueden ser conversaciones de distintos temas a los que te preocupan para liberarte y evadirte; eso da oxígeno a tu cerebro, sobre todo si te ríes, y vuelves a lo tuyo totalmente renovada. 

10. Reír: sí, ya lo he dicho antes, pero es que la risa tiene tantos beneficios para la mente que no debes dejarla fuera de tu kit feelgood: una película, un programa (mis carcajadas se oyen por toda la ciudad cuando veo Ilustres Ignorantes), un libro de humor… lo que a ti te haga reír para ensanchar tus pulmones y oxigenar tu cerebro.

11. Desintoxicación de las redes sociales: prueba a olvidarte de las redes sociales un día a la semana. Es un reto que tiene múltiples beneficios como descubrir cuánto tiempo tienes para otras dedicaciones (como leer o escribir).

12. Leer: puedes leer lo que te plazca, pero ya te digo que en mi kit no pueden faltar las lecturas feelgood que me hacen sentir bien y recuperar la esperanza de que una vida mejor es posible si adoptamos la actitud adecuada.

Cómo crear tu Kit feelgood de herramientas de bienestar

1. Haz una lluvia de ideas sobre los hábitos, actividades, herramientas y productos que te hacen sentir bien.

Escribe todo lo que se te ocurra que sabes que te hace sentir bien o que te ayuda a conectarte. Empieza por lo que ya te sirve, y más adelante pruebas con lo que ayuda a otras personas. De momento no cuentes con lo que deseas hacer o te gustaría. Vamos a lo que funciona y ya has probado (si te gustaría meditar pero nunca lo has hecho, déjalo fuera de momento).

Piensa en lo que nutre tu mente, tu cuerpo y tu alma, y que sean actividades rutinarias (comer, cocinar, una ducha…) o agradables de hacer (leer, hacer deporte, hablar con alguien, darte un masaje…).

2. Lleva a mano un recordatorio visual.

Al menos hasta que lo tengas integrado, lleva algo que te recuerde las herramientas de tu kit feelgood para los momentos en que estés abrumada, preocupada o necesites reconectar. Puedes quedarte en blanco o que el mismo pensamiento negativo te diga que no hay nada que te saque de esa situación.

Si tienes tu kit, en forma de lista por ejemplo, puedes echar un vistazo rápido y responder a cualquier hábito o acción de apoyo. Incluso un moodboard (cómo estoy hoy con los anglicismos) como fondo de pantalla que te recuerde en todo momento dónde encuentras la felicidad y el bienestar. O crear cartas similares a las de una baraja con las distintas herramientas. ¡Dale la forma a tu kit que más te guste!

Tu kit feelgood de herramientas de bienestar cambiará inevitablemente con el tiempo conforme tú y tus circunstancias varíen, así que asegúrete de mantenerlo vivo con nuevos descubrimientos y eliminar lo que deje de funcionar.

¿Qué hay en tu kit de herramientas de bienestar?

¿Qué prácticas, hábitos y productos de bienestar vas a incluir en tu kit feelgood de herramientas de bienestar? Cuéntame si crees que es algo útil y qué herramienta son las que más utilizas para tu biensentir y tu bienser. Te leo.

¿Quieres probar nuevas herramientas?

Lo que te puedo ofrecer:

Herramientas de escritura

Herramientas de autoestima

Herramientas de atención en audio

Herramientas de atención y enfoque

Herramientas de escritura (libro)

Lectura feelgood

¿Qué lleva tu kit? ¿Te animas a probar nuevas herramientas?

Foto:  Cesar Carlevarino Aragon en Unsplash

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