Lo que NO es mindfulness. Que no te confundan

Que algo se ponga de moda es muy bueno. Que todos los medios hablen de algo que, además, funciona, es estupendo para que ese algo que sólo conoce una minoría, llegue a todos y todos puedan beneficiarse.

Pero también es negativo, especialmente en esta época en la que las noticias vuelan y disponemos de más canales de comunicación que nunca. Negativo en varios sentidos. Por un lado, surgen “gurús” hasta debajo de las piedras que sólo buscan enriquecerse vendiendo “la moto” a unos cuantos inocentes que les creen a pies juntillas. El otro peligro es que se desvirtúa el verdadero contenido. Y así ha pasado, y pasa, con la moda de lo ecológico, del coaching y del Mindfulness.

De un tiempo a esta parte oigo mucho la palabra Mindfulness o mindful en contextos no del todo adecuados. Se mezclan conceptos, se tergiversan significados, se lían técnicas, se burlan en programas de radio y/o televisión y, lo que es peor, se utiliza para todo.

De pronto, si no sabes lo que es Mindfulness parece que no estés en la sociedad.

Y es una pena, porque da lugar a que personas que no acaban de entender lo que es, lo rechacen por causas ajenas totalmente a lo que sí que es.

Por eso hoy mi intención no es contaros lo que es Mindfulness si no, lo que NO es Mindfulness para que entre todos aprendamos a distinguirlo. Por supuesto que no hago valoraciones. Solo distingo lo que es de lo que no es y, a partir de ahí, cada uno que elija lo que mejor le va.

1. Mindfulness es sólo meditar

Sí, meditar y mucho más. Hay muchos tipos de meditación. Desde la oración contemplativa que ya practicaba Santa Teresa de Jesús y otros místicos, hasta la meditación budista (dónde se sitúa el origen de Mindfulness), meditación Vipassana, trascendental, con mantra, y un gran etcétera.
La meditación formal (tomarse un tiempo cada día para sentarse o tumbarse con ciertos requisitos y, con los ojos cerrados, observar tu mente en un estado consciente del aquí y el ahora) es la base de Mindfulness. La meditación nos “ancla” al presente y nos da las herramientas (internas) para vivir con más presencia el resto de la jornada.
La meditación informal es realizar acciones cotidianas, como ducharse, comer, pasear…, con plena consciencia saboreando cada momento y hacerlo presente en lugar de ir con el “piloto automático” sin saber ni qué ni cómo lo estamos haciendo.

Mindfulness, además de meditar, es vivir con ciertas actitudes de amabilidad, aceptación, compasión, no-juzgar, paciencia, mente de principiante, desapego, confianza, de las que hemos ido hablando en otros posts. Es una actitud personal ante la propia vida.

2. Mindfulness es la panacea. Lo arregla todo

Por supuesto que no. Que no te vendan la moto, como se suele decir. Parece que ahora todo se arregla con mindfulness. Si ese es tu objetivo, olvídalo. Mindfulness ayuda, y mucho, a que encuentres soluciones porque una mente serena y en calma es capaz de dar una respuesta consciente o tomar una determinada decisión no precipitada. Mindfulness ayuda a vivir con el dolor si estás enfermo y ayuda a paliar el dolor cuando es emocional. En lugar de enfrentarte a una situación o emoción y empezar una lucha que te desgasta, observa, sin analizar ni juzgar, esa situación o emoción sabiendo que tú no eres eso.

La meditación no resuelve problemas, los explora. Observa y acepta como punto de partida, como lo que es. Mindfulness ayuda a sufrir menos, pero nadie está exento de sufrir. Un actitud mindful te lleva a vivir con más plenitud y placer.

Ser curiosos con lo que ocurre en nuestra mente nos da mucha libertad. Podemos aprender a surfear con nuestras sensaciones, pensamientos y emociones con mucha más habilidad consiguiendo acallar la voz irritante de nuestra mente de una manera amable, despierta y compasiva.

3. Con mindfulness lograrás….

acaba la frase con palabras como paz, amor verdadero, éxito, relax, ausencia de dolor….. Uno de los principios de mindfulness es no buscar resultados. Cuando meditas es muy posible que te relajes. Es un regalo. Mindfulness no es relajación. Pero una mente en calma suele estar más relajada. El único objetivo de mindfuness, por poner uno, es VIVIR. No hay más. No busques resultados, no hagas nada. Sólo respira y hazte presente, vive consciente. Lo demás son regalos que te pueden llegar… o no.

Hay muchos tipos de personas y de mentes (inquieta, preocupada, perfeccionista, reflexiva…). Mindfulness no cambia nada de esto. Con la meditación y la práctica de mindfulness logramos un uso saludable de nuestra mente. Lejos de llevarnos a la monotonía, la meditación nos ayuda a ser nosotros mismos en todas nuestras facetas.

4. Mindfulness y lentitud

Aunque mindfulness va muy ligado al movimiento slow en tanto en cuanto se considera que cuando actuamos con prisas no nos damos cuenta de lo que ocurre, los que practican mindfulness no se vuelven tortugas ni van levitando por la calle. Al hacer las cosas con más consciencia y atención, seguramente las hagamos más despacio, o nos paremos a observar el cielo, por ejemplo, pero eso no implica ir por la vida a paso de tortuga o todo el día flotando. Si tienes que correr, corres pero conscientemente, sabiendo que estás corriendo y por qué.

¿Nunca os ha ocurrido que salís a la calle y sin daros cuenta empezáis a andar deprisa, como por rutina, y llegáis a un lugar cotidiano, quizá no dónde queríais?. Y todo porque vuestra mente empieza a parlotear y ni te fijas por donde vas. A mí sí me ha ocurrido. Aquietando nuestra mente (no necesariamente nuestros pasos) el recorrido se convierte en una experiencia del aquí y del ahora, del momento presente, observando, sintiendo.

Es fácil confundir la práctica de la meditación con los resultados que se supone que se van a obtener. En el momento en que para meditar desaceleramos el ritmo, se puede pensar que nos volvemos lentos y etéreos, que desaparece el estrés. Pero un poco de estrés no es malo pues nos salva de posibles situaciones peligrosas. La rapidez en la toma de decisiones, como en el caso de los controladores aéreos, no está reñida con la meditación; al revés, nos da mayor serenidad para tomar decisiones rápidas.

5. Con mindfulness todo vale

Noooo. Ya sé que hablamos de no juzgar, no analizar y aceptar. Observamos lo que somos, lo que tenemos, dónde estamos para actuar sin automatismo, sin distraernos. Un ejemplo de andar por casa: si queremos hacer una tortilla de 8 huevos y en la nevera tenemos 4, podemos enfadarnos, lamentar no tener más, desear tener 8, auto-flagelarnos por no haber comprado más o no habernos dado cuenta de que se habían gastado, o echar la culpa a otro y juzgar su error, o…… aceptar. Aceptar no es conformarse, no es tirarse al sofá y decir, “pues nada, no lo hago”, no es decirse “si es que no valgo ni para hacer una tortilla, soy así de desastre”…. aceptar es tomar conciencia de la situación y a partir de ahí decidir (si es con creatividad mucho mejor). Siempre puedes añadirle otros ingredientes a la tortilla para que cunda más o bajar a comprar más huevos.

6. Practicar mindfulness es muy fácil

Siento decirte que no es tan fácil. Meditar tiene, como sabes, efectos muy beneficiosos, que sólo se producen si practicas a diario (o casi). Si no eres constante, no sentirás en tí los tan cacareados beneficios. Una sola meditación no hace mucho. Solo un bienestar pasajero. Y ser constante es muy difícil.

Por otra parte, te alegrará saber que no se medita mal. Ni bien. Meditar es meditar, como respirar, beber o soñar. No se hace ni bien ni mal. Se hace y punto. Por eso hay tantas maneras de meditar. Una vez adquieres los conocimientos básicos, puedes practicar de muchas formas y todas estarán bien. Es mejor aprender en grupo. Enriquece mucho y es más fácil ser constante que si siempre lo haces solo. Mindfulness no te enseña y obliga a usar una sola técnica. Lo importante es que medites. Lo lograrás practicando y practicando y probando diferentes maneras.

La práctica informal parece fácil pero no creas. Hay que acordarse. Hay que dedicarle tiempo al principio hasta que te salga de manera natural. Sí que podemos decir que no es difícil, siempre y cuando seas constante.

En palabras de J. Chozen Bays:

Mindfulness –o atención plena- es prestar atención de manera deliberada, ser totalmente consciente de lo que sucede tanto en tu interior – en el cuerpo, el corazón y la mente- como fuera, en tu entorno. Mindfulness es consciencia sin juicio de valor ni crítica.

Si queréis seguir leyendo sobre este tema, os dejo dos artículos:

Las 7 falacias sobre Mindfulness

5 mitos erróneos que la gente cree sobre mindfulness (en inglés)

Espero haber aclarado algunas dudas. Lo más importante es que sepáis que está es mi opinión y podéis estar o no de acuerdo. Por eso, os invito a comentar lo que queráis en el apartado de comentarios. Igualmente si queréis saber más, contactad conmigo y hablamos.

Y si te ha gustado, ya sabes, aquí están los botones para compartir. Gracias y hasta el próximo post!.

5 Comments

  1. Antonio creamindfulness
    14 enero, 2016

    Hola Pilar me ha gustado mucho tu artículo, creo que es muy clarificador explicar esto a las personas que quieren acercarse a Mindfulness.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      14 enero, 2016

      Gracias Antonio. Con blogs como el tuyo se ayuda a comprender y practicar. Un saludo

      Responder
  2. […] Pilar Colorado nos habla en su blog de lo que no es el mindfulness, os lo recomiendo como complemento de este post,(no es mindfulness). […]

    Responder
    1. Pilar Navarro
      21 enero, 2016

      Gracias por la mención!

      Responder
  3. […] hace unos días te contaba lo que no es mindfulness, hoy voy a explicarte lo que no es compasión, para seguir despejando dudas y aclarar equívocos […]

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