mindfulness escritores

Mindfulness para escritores

La atención plena, o mindfulness, es aplicable a todos los ámbitos de la vida pues es algo propio de la persona. Es un estado de la mente que, bien entrenada, te va ayudar en tu día a día como ser humano.

Al considerarlo un aspecto transversal, en el blog suelo hablar en genérico. Pero a veces me gusta darte la aplicación más práctica y aplicada a casos concretos. Puesto que durante mi jornada laboral tengo mucha relación con escritores, me han preguntado en diversas ocasiones cómo aplicar mindfulness al oficio de escritor. 

Hoy te lo traigo al blog pero no voy a ser yo quien te lo cuente. He invitado a la escritora Izaskun Albéniz, especialista en género negrocriminal, para que te dé su punto de vista. Te dejo con Izaskun:

_________

Mindfulness para escritores

Mindfulness es una palabra que suscita polémica y controversia. En su faceta positiva porque se asocia al fenómeno coach y conlleva una gran repercusión y, en el otro lado de la balanza, sus detractores defienden que es uno de esos términos que hemos aceptado y elevado por encima del “céntrate” de toda la vida. 

En cualquier caso, es un término que está en nuestro vocabulario día a día y lo relacionamos con el bienestar general. Pero ¿qué me dirías si te aseguro que es un estado mental que también es útil para quienes escribimos? Porque tiene múltiples beneficios. Sobre todo en tres elementos: enfoque, observación y meditación. Te cuento:

Enfoque

Mi lugar en el mundo. ¿Eres capaz de concéntrate en cualquier lugar, sitio  y circunstancia? Si es así, te doy mi más sincera enhorabuena. Si no lo es, estás en la misma situación que el ochenta por ciento de los mortales (al menos). Y si, como yo, eres escritora, ni te cuento. Necesito silencio y espacio pero, generalmente no consigo que estos dos elementos se coordinen o funcionen juntos en mi día a día. Ser madre trabajadora supone una serie de tareas y condiciones complejas. Entonces, ¿qué hago? ¿Me pongo tapones para los oídos? ¿Un cartel disuasorio en la puerta de la habitación? ¿Y si no tengo siquiera una mesa para mí?¿Emigro a la biblioteca?¿Me rindo? Para, para. Ante todo calma y flexibilidad. Respira. Todo es posible con atención plena y un poco de voluntad.

Para enfocar, aléjate. Hay veces que estamos tan concentradas, tan sumergidas dentro de una historia, un argumento, un personaje, que somos incapaces de ver más allá. Aquello de que el bosque no te deja ver los árboles. ¿Te suena? Y es que el sobre- enfoque es tan perjudicial como el no tenerlo. Por eso el mindfulness propone meditar, y aceptar que, en ocasiones, para dar con la solución a un obstáculo (de argumento, un detalle narrativo que chirría…) hay que alejarse y ver la situación con distancia. Si consigues un estado de equilibrio (que al fin y al cabo es algo que persigue el mindfulness), enfocarse es mucho más fácil.

Deja paso a lo nuevo. En la escritura es muy sencillo enquistarse. En un procedimiento, en una historia que no termina de salir o de cuajar… A mí me pasa continuamente. Soy bastante terca y me cuesta despegarme de una novela que no me funciona pero en la que he invertido horas. Y es una equivocación. ¿Cómo voy a llenar un armario de ropa cómoda, acorde a mis gustos y mi talla si no elimino lo que ya está pasado de moda, ajado o que no me gusta? Me ha costado bastante actuar en este sentido, pero es algo que agradezco, porque al vaciar mi mente de estas tareas, tengo más capacidad creativa, enfoque y más motivación (además de deshacerme de la pesada carga de tener que continuar con un asunto que se había convertido en un fardo insufrible).

Observación 

Que se llama soledad. La soledad es un estado asociado al oficio de escribir. Es así. Pero esto no quiere decir que los escritores seamos unos zotes en inteligencia emocional (reconozco qu algunos sí y lo disfrazan de timidez pero no es lo habitual). En cualquier caso, la práctica del mindfulness supone un estímulo para el oficio de escritor porque te empuja a la observación interior, y eso conlleva autoconocimiento y autoconciencia. Ambas cosas suponen encontrar y aceptar tus fortalezas y debilidades además de favorecer un control emocional (mejora nuestra asertividad y relaciones interpersonales). Desde este punto es mucho más fácil comunicar nuestras emociones y sentimientos, por eso te aseguro que el mindfulness contribuye a mejorar tu narrativa. A mí me ha ayudado.

A aquello que le concedes atención, crece. La observación es un puntal básico para la escritura, ya te lo comenté por aquí hace un tiempo. Pero esta habilidad tan valiosa, también  puede resultar discutible porque depende del sesgo del observador. Aquello de que si tienes hambre solo ves a tu alrededor bocadillos de chorizo indiscriminadamente. La práctica de la observación en mindfulness no hará que dejes de tener hambre, pero sí que te centres en buscar un buen bar o el supermercado más cercano donde puedas adquirir el soñado bocadillo. Pasa lo mismo en la escritura y mucho más en algunos géneros, como por ejemplo en el negrocriminal, que tiene una estructura concreta y una serie de elementos alrededor que deben estar bien hilados (las pistas que deben estar diseminadas con un orden intencional), por lo que es fácil perderte en el entramado. Con un poco de observación enfocada es más sencillo alcanzar tus metas e ir superándolas poco a poco sin perderte en la maraña estructural y argumental.

Meditación

Control de estrés y ansiedad. Centrarse en el aquí y ahora es decisivo para llevar a cabo un proyecto de gran envergadura como es la escritura de un libro. Construir una novela es una labor ardua y larga que, en su desarrollo, puede hacer que te sientas abrumada por la cantidad ingente de asuntos que hay que preparar y llevar a cabo. No solo se trata del planteamiento y escritura. El asunto va mucho más allá. Sobre todo si eres una autora autopublicada ya que tendrás que hacer sitio para las labores de publicidad, marketing, portadas y correcciones ortotipográficas y de estilo. Casi nada. Tareas y tareas como para ponerse nerviosa… Pero si te centras en el aquí y ahora y manejas un plan organizado, las posiblidades de conseguir un estado de calma y serenidad aumentan y los niveles de cortisol (responsable del estrés) descienden junto con los valores de presión arterial.

Fuera el insomnio. El proceso creativo de cada escritor es diferente, pero hay algunas pautas comunes que se cumplen en la mayor parte de los casos. En el mío, por ejemplo, el momento creativo suele aparecer minutos antes de quedarme dormida. En ese momento de relajación, oscuridad y silencio  aparecen las respuestas a todas las preguntas que me tienen atascada en la trama, ideas fantásticas para nuevos argumentos… Así las cosas, los niveles de mi imaginación alcanzan cotas bastante altas y si no tengo cuidado, esa excitación mental deriva en insomnio. Ya sabes lo caprichosas y volubles que son las ideas, así que para combatir la posibilidad de caer en un estado insomne pero apoyar la escritura son necesarias un par de cosas. Un bolígrafo y un cuaderno en la mesilla para apuntar AQUÍ y AHORA esos estallidos de originalidad que surgen de repente. Una vez que los hayas apuntado, tan solo tienes que realizar una pequeña meditación consciente centrada en el presente para vaciar de estímulos la mente y dejarla preparada para la relajación y el descanso nocturno.

Larga vida a mis neuronas. Conforme vamos cumpliendo años, se suceden cambios en nuestro organismo. Entre ellos la pérdida de densidad axonal y descenso de la mielina de los axones de la corteza angulada anterior; lo que, traducido al idioma de Cervantes significa que tenemos menos conexiones neuronales y además, de menor calidad. Frente a este panorama, la práctica habitual del mindfulness se asocia a una mejor relación neuronal. Es decir, discurrimos, conectamos ideas y creamos más y mejor dedicando tan solo unos cuantos minutos de nuestra jornada a la meditación. Ni qué decir tiene que este hábito es imprescindible para oficios creativos como la escritura. Una mente sana y  centrada es una increíble máquina generadora de ideas, así que ¿por qué no apostar por ella? 

Yo, mí, me, conmigo aquí y ahora

En resumen, el mindfulness me resulta útil porque en la medida en que nos conocemos, también comenzamos a tratarnos mejor. Si somos más flexibles, seremos capaces de establecer rutinas y reglas que nos ayuden en la escritura. De igual modo, si somos demasiado rígidos, el entrenamiento de la conciencia nos enseñará a flexibilizar nuestros pensamientos, a ser más permisivos y compasivos (que no autocompasivos) con nosotros mismos y nuestra escritura. De esta forma ganamos en estabilidad, tranquilidad y aceptación (aceptamos mejor una mala crítica o un rechazo editorial, le damos la importancia justa). ¿Te apuntas?

________

Me ha gustado mucho leer el punto de vista de Izaskun. Con frecuencia me enredo en mis propias palabras y es enriquecedor observar el mismo concreto desde otro lado. Como ves, la practica de mindfulness va moldeando ese estado mental de atención sostenida que nos acerca a la plenitud en la ejecución de la tarea que tenemos ante nosotros. Y la práctica no necesita de grandes acciones. La más formal es decir la meditación, es necesaria para que podamos aplicar esa conciencia en el resto de día. El resultado es que aportas serenidad, confianza y consciencia a tu manera de conducirte por la vida. Así es como te acercas cada vez más a la vida equilibrada y feliz que tantos deseamos. Para mí es el bienestar y el biensentir de cada día.

Si quieres conocer más a Izaskun Albéniz y su obra (los relatos del Pentagrama Criminal me tienen fascinada) entra en su web: www.izaskunalbeniz.com

Y si lo que quieres es practicar la escritura con atención plena, consulta mis talleres y mentoría en la pestaña de Formación.

Gracias a Izaskun por su visita a ViviendoMindful y a ti por leernos.

Foto de Dan Counsell vía Unsplash

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll to top