No necesitas

 

Existe una tendencia muy arraigada en el ser humano a compararse con los demás. Y como resultado de esa comparación nos decimos muchas veces: “necesito….”. El “para” puede ser de los más variado: estar más guapo, más fuerte, más sano, más relajado, ascender, descansar, divertirme….. Incluso cuando crees que no es así, sutilmente tu mente inquieta se compara involuntariamente y, de manera automática, crea un “necesito” (no necesariamente con esa palabra; puede ser “si tuviera”, “si fuera”, ….).

Tenemos la mala costumbre de fijarnos más en lo que necesitamos que en lo que tenemos. Cierto grado de comparación y crítica no es negativo, incluso puede ser necesario para vivir; pero sin elevarlo, como nos empuja la sociedad actual, a categoría de dioses. ¿Quién no ha mirado una revista de moda deseando tener el cuerpazo de… ?, por ejemplo. Muchas de esas necesidades las crea nuestra corriente de pensamiento y, créeme, no todas son tan “necesarias”.

 

¿Te identificas?
Te propongo que un momento al día te centres en lo que no necesitas, dejando de pensar en lo que necesitas. Aquí te dejo una lista que puedes completar con tus “no necesidades” particulares:

  • No necesitas compararte con los demás continuamente
  • No necesitas comparar tu nivel de vida actual con esa vida ficticia que imaginas en tu futuro o con una vida pasada
  • No necesitas permanecer despierto toda la noche intentando analizar las consecuencias que puede tener en tu trabajo un determinado comportamiento o comentario tenido el día anterior
  • No necesitas quedarte sin dormir pensando y analizando qué pasará si hago esto o si pasa aquello

De verdad, no lo necesitas

  • No necesitas preocuparte por un comentario hecho de pasada por un amigo
  • No necesitas preocuparte por la actitud de esa persona
  • No necesitas imaginar qué sería de tu vida si….
  • No necesitas juzgar la vida de los demás

Lo único que necesitas ahora es aceptar la vida tal como es. Te recuerdo que aceptar no es resignarse a lo que ocurre y dejarse llevar. Aceptar no es abrazar lo inaceptable o no hacer nada. A través de la practica de mindfulness aprendemos a aceptar lo que acontece siendo más comprensivo y enfocando las dificultades con una actitud más benévola y curiosa.

El mindfulness te permite experimentar el mundo, a través de tus sentidos, de una forma más calmada y sin juzgar, y te aporta un mayor sentido de la perspectiva. Es decir, que distingues mejor lo qué es importante de lo que no lo es. De esta manera, aceptando la vida tal y como es, verás como te sientes mucho más satisfecho y cada vez más libre de preocupaciones innecesarias. Y a no dar tantas vueltas a las “necesarias”.

Dedica unos minutos a observar qué pensamientos pasan por tu mente. Identifica cuáles son preocupaciones “innecesarias” sobre las que no tienes ninguna capacidad de actuación o te hacen daño (comparaciones que llevan a la autocrítica, por ejemplo), y cuáles son “necesarias” (como pensar en la cena de esta noche) que tampoco requieren un exceso de preocupación.

No llenes tu mente de preocupaciones innecesarias.

Hay muchos más momentos felices durante el día que nos aumentan el deseo de vivir tranquilos, sin enfados, sin agresividad, con menos preocupaciones y con más energía. No es “positivismo”; es aceptación. Obsérvalo y me cuentas.

 

1 Comment

  1. […] a ideas que no son la realidad ahora, preocupaciones innecesarias como las que os contaba en el post anterior, deben ir fuera de la cápsula […]

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