¿Qué eres? ¿Qué soy?

Y tú, ¿qué eres?.

¿Cuántas veces te han hecho esa pregunta?. A mí muchas. Y siempre me quedo un poco en pausa, sin saber bien qué responder.

Estoy gratamente sorprendida de que en mi nueva vida profesional en el mundo on-line, he entrado a formar parte de diversos grupos de emprendedoras, cursos, etc. y en ninguno de ellos me han preguntado: ¿qué eres?.  Tiene más valor lo que haces profesionalmente y lo que muestras en tus redes, blog, publicaciones y servicios. A veces también alguien se interesa por quién eres, sin etiquetas que te definan.

Etiquetas

En general a las personas adultas nos encanta poner etiquetas y juzgar a los demás por lo que son. Acabas de conocer a alguien y enseguida quieres saber si es médico, profesor, albañil o ama de casa, si sigue al Real Madrid o al Barça, si le va el vino o la cerveza o el agua, si come carne o es vegano, si nació allí o si nació allá. Para después juzgar en función de esa etiqueta. Nos dejamos llevar muchas veces por los prejuicios sin darnos oportunidad de ver el verdadero Ser de la otra persona.

Queremos saber su edad, orientación sexual, condición laboral, situación de pareja, barrio, etc. ¿para qué?. ¿Nos hace mejor persona ser una cosa o la otra?. Parece que nos da seguridad el catalogar a los demás y situarlos en la estantería correspondiente como los libros de la biblioteca. Cada cosa en su sitio. Cada persona en su lugar: un lugar que tú crees y que no necesariamente es el que le corresponde.

Este tema salió hace poco en una reunión virtual con el grupo de blogueras en acción. ¿Soy economista porque estudié economía?. Recuerdo que mi ex-jefe me decía muchas veces: “menuda economista estás tú hecha”, cuando me declaraba ignorante ante algún tema de gestión contable, por ejemplo. Y yo siempre le contestaba que yo nunca he dicho “soy economista”. Sí, estudié Economía ¿y?. También trabajé de dependienta en un centro comercial en vacaciones y eso no me convierte en vendedora, y he dado muchas clases particulares y no por eso digo que soy profesora. Y he estudiado muchas cosas y trabajado en diversidad de sitios, y ninguna de esas cosas me define.

Si yo no me pongo etiquetas, ¿por que me las pones tú?.

¿Qué soy?

En un curso de mindfulness, un compañero me dijo que soy luz. Y me fui de allí feliz y contenta. Llegué a casa y me encontré la típica pelea de hermanos entre mis hijos. Mis palabras y mi presencia no les afectaron lo más mínimo. ¿Soy luz?. En ese momento me sentí oscuridad absoluta.

No, no soy luz, no soy oscuridad, no soy lo que dice mi título universitario, no soy lo que dice mi contrato, no soy lo que refleja mi cuenta bancaria, no soy lo que mi edad representa, no soy nada de eso y lo soy todo.

Soy el cúmulo de todas esas cosas y de muchas más. Pero ninguna de ellas me define. Por ninguna de ellas, de forma autónoma, me puedes juzgar.

Soy el traje que visto en cada momento de la representación. Ahora me subo al escenario de un aspecto de mi vida y soy eso sin dejar de ser todo lo demás: cuando cocino en casa, soy madre cocinera, cuando hablo en público soy oradora, y cuando escribo, escritora. Cuando curo a mi hijo, soy sanadora y cuando le enseño, educadora. Soy luz cuando ilumino a alguien y oscuridad cuando enturbio. Soy la que se licenció en económicas con un sueño y la que vendió aspiradores a pesar de no haber usado uno jamás. Soy la que se re-inventa (¡qué bueno poder rectificar!) y la que lucha cada día por mejorar.

Soy la que te dice que da igual lo que te digan que eres. Es tu esencia lo que realmente cuenta. Lo que tú ves de ti. Eres en tanto en cuanto estás aquí-ahora y te relacionas con los demás. Somos en relación a los otros.

La respuesta a la pregunta ¿qué eres? es objetiva (un título, una ocupación, un rasgo, una afición…). Es el juicio de los demás lo que lo convierte en algo que te define, bueno o malo.

Una de las actitudes mindfulness según el Dr. John Kabat-Zinn es la de no juzgar. Kabat-Zinn se refiere más a la práctica meditativa, pero es extrapolable a nuestra vida diaria.

Como explica el Dr. Mario Alonso Puig en este video, dejar de juzgar y de juzgarnos es una de las claves para ser feliz.

“No existe nada bueno ni malo,

es el pensamiento humano quien lo hace parecer así”

William Shakespeare

 

Photo by Rob Curran on Unsplash

20 Comments

  1. Gabriela
    12 enero, 2018

    Hola Pilar! Me ha encantado tu post, no puedo estar mas de acuerdo contigo de que nada puede definir quien eres en escencia, un título, un trabajo, cosas materiales no te definen en lo más minímo. El día en que las personas dejemos de poner etiquetas y de juzgar sin causa alguna, el mundo se dará cuenta de que el primer motivo de infelicidad es este.
    Gracias por compartir este artículo!
    Abrazos!

    Responder
    1. Pilar Navarro
      12 enero, 2018

      Me alegro mucho Gabriela. Gracias por pasarte por aquí y por tu comentario. Un abrazo

      Responder
  2. Olivia
    12 enero, 2018

    Hola Pilar, me gusta tu página, veo tus post y me siento identificada contigo en muchos puntos comunes. En este que hablas sobre la identificación de etiquetas, nombres que nos imponemos, o nos ponen para diferenciarnos. Tiene un gran valor, aprender a no prejuzgar ni etiquetar. Por mi parte llevo mucho tiempo trabajando sobre eso y cuando empiezas a liberarte de ello, que al fin de cuentas,no deja de ser egos inflados, sientes como te liberas y vas más ligero, sin tanto peso, viendo a los demás y a ti mismo mucho mejor.
    Un abrazo

    Responder
    1. Pilar Navarro
      12 enero, 2018

      Hola Olivia, gracias por tus palabras. Totalmente de acuerdo contigo. Yo incluso cambié de ciudad para empezar de cero y quitarme etiquetas de encima. Liberador. Un abrazo

      Responder
  3. amparo
    13 enero, 2018

    Soy lo que quiero ser, dice una canción y me parece que así deberíamos de definirnos, no dejar que nadie nos ponga una etiqueta, pues nada nos hace ser algo que no queramos.
    Ser sin importar lo que diga el vecino, muchas veces se le da poder a la gente de vivir fregando.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      15 enero, 2018

      jeje Amparo. Me gusta la letra de la canción. Sé lo que quieres ser, o al menos inténtalo. En una meditación mindfulness se repita mucho la frase: “ya eres; no hay nada más que hacer”. Genial!! Gracias. Un saludo

      Responder
  4. María
    14 enero, 2018

    Hola, Pilar:
    Cómo me alegro de compartir contigo esa aversión a las etiquetas y los estereotipos. Y creo que no es tanto que dan pie al juicio de terceros (conforme vas madurando, los juicios de los demás te importan cada vez menos), sino que acaban por hacer mella en nuestra confianza y autoestima. Es lo que ocurre con el síndrome del impostor, ¿verdad? No importa cuánto sepas de tu sector, cuánto hayas leído y compartido con otros emprendedores, siempre te asalta esa vocecita que sugiere: “si estudiaste derecho, ¿para que te metes a coach emocional, escritora de libros infantiles o a vender online tus flores de crochet?”. Esas etiquetas de “eres X, luego deberías Y” son destrozailusiones, calculadas para que nunca salgamos de esa zona segura donde no movemos la barca ni provocamos olas en nuestro mar ni en el de los otros. Justo por eso, tenemos que quitárnoslas. Enseguida.
    Un abrazo.
    PD: Está muy bien escrito. Enhorabuena.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      15 enero, 2018

      Ay María, el síndrome del impostor viaja a mi lado desde que tengo uso de razón… es un compañero tenaz al que me cuesta dar esquinazo. Viene conmigo sin ser invitado. Le dejo estar pero no le escucho: es un trabajo mental que hago a diario. Gracias sobre todo por tu postdata. Amo las palabras y leer que mi texto está bien escrito es una palmadita en la espalda que me anima mucho a seguir. Un abrazo

      Responder
  5. Alexandra Dacier
    14 enero, 2018

    Yo soy perseverancia y muy soñadora. Cuesta mucho responder esta pregunta porque muchas veces no sabemos a plenitud quien somos y quien queremos o necesitamos ser. Una reflexión para aprender a conectar un poco más con uno mismo, desnudar nuestro interior y comenzar a sacar la mejor versión que llevamos dentro.
    Saludos.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      15 enero, 2018

      Por lo general, al definir ponernos coto a algo, le ponemos límites. Por ello, yo prefiero no definir, no etiquetar. En cada momento podemos cambiar y no pasa nada por ello. Fluimos con la vida. Son preguntas que no hay que responder. Preguntas para reflexionar y que quizá respondas ahora, y mañana des otra respuesta. Gracias por tu comentario. Un saludo

      Responder
  6. Marta Negro
    16 enero, 2018

    Llevo más de la mitad de mi vida luchando contra las etiquetas. Siempre parece que debemos ponerle nombre a todo para que cobre sentido. Deberíamos dejarnos fluir y ya está, vivir, sentir, disfrutar…

    me ha gustado mucho tu reflexión.
    Un saludo.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      16 enero, 2018

      Gracias Marta. Yo incluso cambié de ciudad hace muchos años para empezar de cero y conocer gente que no supiera nada de mí, para no ir con las etiquetas colgando… Te entiendo perfectamente. Gracias por tu comentario. Un saludo

      Responder
  7. Diana Garces
    16 enero, 2018

    Una de las preguntas más complicadas de responder. No es fácil definirnos y el otro día escuchaba decir a alguien que somos lo que otros piensan de nosotros ¿será así? no lo sé y la verdad tampoco lo creo porque a la final somos como nos sentimos hoy. Mañana seguro nos sentiremos de otra manera y seremos diferentes a cómo somos hoy, por eso es importante trabajar en nuestro desarrollo y autoconocimiento, dejarnos de preocuparnos por lo que otros crean y ser más fieles a nosotras mismas. Un trabajo nada fácil, pero mucho mejor y más agradecido que dejarnos llenar de etiquetas que no nos pertenecen 🙂 Una buena reflexión guapa 🙂

    Responder
    1. Pilar Navarro
      16 enero, 2018

      Somos los que otros piensan de nosotros, para esos otros. Para ti, puedes ser otra cosa. Esa frase que me dices me suena haberla leído en algo sobre marca personal, ahora tan de moda. Porque al final, lo que vamos haciendo y diciendo desde que nacemos, es lo que construye una imagen sobre los que los demás opinan. Y puedes ser tú, o puede que no. Más que definición, yo lo llamaría opinión. Lo que opino de ti es resultado de la imagen que tengo de ti a través de las redes. El día que te desvirtualice es más que probable que esa imagen sea diferente, ¿no crees?. Un abrazo Diana

      Responder
  8. Eliana
    16 enero, 2018

    Una pregunta trascendental Pilar, y las respuestas que nos compartes son perfectas para serlo todo y al mismo tiempo no ser nada. Soy lo que tu perspectiva dice, pero a la vez no lo soy porque tú me ves desde tus vivencias que no son mis vivencias, entonces no soy lo que tu perspectiva dice. Yo estudié letras y no por ello me siento letrada, me encanta el crecimiento personal, pero no por ello he alcanzado la plenitud que tanto anhelo, soy madre y muchas veces quiero escapar de mi realidad y dejar de serlo, no somos lo que nuestras redes sociales aparentan ni somos lo que callamos ni lo que gritamos a los cuatro vientos. No soy una etiqueta y no me gusta etiquetar a nadie. Que maravillosa sería la vida sin juicios y que grandioso es encontrarse un post como este que te lo recuerde. Saludos.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      17 enero, 2018

      Exacto Eliana. Es justo como lo comentas. Y las que somos madres tenemos un buen trabajo que hacer con nuestros hijos. Gracias por tu comentario. Me ha encantado. Un saludo

      Responder
  9. Casandra
    17 enero, 2018

    La verdad es que las etiquetas no son buenas, ninguna lo es, somos mucho más que un titulo, una edad, un fisico y eso es lo que hay que aprender a valorar y ver.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      17 enero, 2018

      En ellos estamos, Casandra, intentando educar en la no-etiqueta. Gracias. Un saludo

      Responder
  10. Cami a l'estel
    17 enero, 2018

    Me ha encantado tu post y estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Todos somos muchas cosas a la vez y ninguna etiqueta nos puede definir ni podemos encorsetarnos en ella, y además siempre estamos a tiempo de cambiar ni hacer cosas nuevas y diferentes. Hay tantas posibilidades dentro de nosotros que es una pena no explorarlas .

    Responder
    1. Pilar Navarro
      17 enero, 2018

      Me alegra que te haya gustado, ¡gracias!. Aceptémonos como somos en cada una de nuestras facetas: sólo así sabremos vivir felices. Sin corsés, como bien dices. Un saludo

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll to top