¿Eres feliz? ¿Persigues la felicidad?
He preguntado en mis redes sociales y he buscado por diferentes textos qué entendemos por felicidad. Hoy te lo cuento todo.
Primero, para no perder la costumbre, te muestro qué significa el término felicidad según la RAE:
- Del lat. felicĭtas, -ātis. f. Estado de grata satisfacción espiritual y física.
- f. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. Mi familia es mi felicidad.
- f. Ausencia de inconvenientes o tropiezos. Viajar con felicidad.
Voy a considerar la primera porque prácticamente engloba las otras dos acepciones. ¿Te has fijado en el comienzo de la definición?:
La felicidad es un estado.
¿Crees que la felicidad es un estado perenne?, es decir, ¿un lugar al que llegar o meta que alcanzar?
¿O es un estado temporal? Algo que sucede y se siente en un momento, que pasa y vuelve, o no.
El meollo de la cuestión es precisamente ese: parece que desaprovechamos la vida persiguiendo un estado volátil y perecedero que nadie nos asegura que podamos alcanzar. ¿Está la felicidad a la vuelta de la esquina?
Si estás de acuerdo en que la felicidad es temporal, la siguiente pregunta es cómo llegar a ese estado. Aquí sí que hay variedad de opiniones.
¿Qué nos da felicidad?
Te muestro algunos de artículos que he leído al respecto:
La Wikipedia la define como:
«La felicidad es una emoción que se produce en un ser vivo cuando cree haber alcanzado una meta deseada».
https://es.wikipedia.org/wiki/Felicidad
¿En serio? No creo que haya que alcanzar ninguna meta para sentir felicidad. Es mi opinión.
En la entrevista que El Mundo hizo al pensador Zygmunt Bauman en noviembre de 2016, este dice a propósito de la felicidad:
«Lo primero, he de admitir que hay muchas formas de ser feliz. Y hay algunas que ni siquiera probaré. Pero sí que sé que, sea cual sea tu rol en la sociedad actual, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda. El reverso de la moneda es que, al ir a las tiendas para comprar felicidad, nos olvidamos de otras formas de ser felices como trabajar juntos, meditar o estudiar.»
https://amp.elmundo.es/papel/lideres/2016/11/07/58205c8ae5fdeaed768b45d0.html?fbclid=IwAR2yiOeGy8jxb_C2RSjGdbhSRBmedH0S5t4_f1dGWzhOiuNw3HYj27StpAU
Refleja la sociedad de consumo actual que nos vende felicidad a cambio de tener. Tú y yo sabemos que la felicidad no está en las cosas que posees y por eso estamos aquí, experimentando el ser felices de otro modo, ¿verdad?
¿Qué me dijeron en redes sociales?
De las personas que amablemente me contestaron en redes sociales provienen joyas como estas:
Rocío Casas dijo que «la felicidad es tener la conciencia tranquila y la suficiente paz interior para seguir luchando por la familia y por uno mismo en nuestro paso por el mundo».

Para Benjamín Recacha es «sentir que formas parte del escenario perfecto» y lo acompaña de un bello paisaje:

Marian Ruiz Garrido escribió que la felicidad es «deslizarse por la pendiente de la vida sin oponerse a lo que ofrece, sea lo que sea; perseguir lo que no quiere, sabiendo soltar si no viene». Esta preciosidad de frase la dejó en Twitter y la amplió en su muro de Facebook:

Mavi Pastor dice que «la felicidad es un instante. Al sumergirnos en él, rara vez nos damos cuenta de que somos felices. Solo cuando echamos la vista atrás y valoramos, nos damos cuenta de lo felices (y afortunados) que somos en realidad».

Para Ana Bolox es «escribir y vivir tranquila rodeada de naturaleza».

Sonia Martínez define la felicidad como «cualquier noche cuando hago balance de mi día, entonces miro dormir a mis hijos y sonrío y celebro la vida con mi marido saboreando una copa de vino. Mi familia y la salud son mi felicidad. No necesito mucho, pero es tanto…»

La página de Aprendo Mindfulness publicó esta foto en su perfil de Instagram donde da su definición de felicidad:

En mi página de Facebook Viviendo Mindful me contestaron lo siguiente:
Patricia Arrighetti: «La felicidad es una forma de ir por la vida. Poder vaciar la mente de pensamientos, eso me da felicidad».
Fátima Buendía Acién: «Es el camino de la vida, no es el destino, vivir y saborear día a día todo lo que se presente e intentar ver las cosas desde una óptica positiva y sacar el lado bueno de cada una de las cosas y situaciones que se presentan».
Como puedes leer, la mayoría piensa que es un estado en el que la mente juega un importante papel.
Raúl de la Rosa, experto en meditación, habla de felicidad en una entrevista que le hace Objetivo Bienestar:
«La clave es no buscar la felicidad. Si la buscamos, es más difícil encontrarla que si no lo hacemos»
Y añade:
«Si buscamos la felicidad, es más difícil encontrarla que si no lo hacemos, pero cuando dejamos que suceda aparece de forma natural. Conforme nos vamos liberando de condicionamientos adquiridos vamos abriendo la puerta a la felicidad. Podemos entenderla como una conquista interior enfocada al conocimiento personal más allá de las barreras que hemos ido levantando a nuestro alrededor y en nuestro interior.
Si queremos saber un camino para lograr la felicidad hay uno que es realmente eficaz: compartir. Las personas que comparten con los demás suelen ser más felices. Podemos compartir alegría, una sonrisa, un abrazo… y estaremos dando y recibiendo felicidad.»
“La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro”.
Henry David Thoreau
Estudios sobre la felicidad
Por tanto, parece que la mayoría lo relaciona más con un estado que con un fin. Lo que está claro es que no hay ni una fórmula de la felicidad ni una sola respuesta que represente a todos. Y eso que la ciencia también lo ha estudiado. Para no aburrirte voy a poner solo dos ejemplos, una es la investigación que realizó Martin Seligman en 2001 y que resume en su libro La Auténtica Felicidad. Seligman se propuso estudiar los factores que hacían a la gente plenamente feliz. Y se dio cuenta de que, a pesar de no haber un factor estándar igual para todos, se daba la coincidencia de que alcanzar las metas, digamos, materiales, no afectaba más de un 15%: ni el éxito, ni el dinero, ni una carrera profesional brillante, ni las posesiones, ni siquiera la religión, eran factores determinantes en el logro de la felicidad.
Otra de sus conclusiones fue que la felicidad del ser humano depende de su relación con el pasado (de cómo se relacione con los hechos pasados), de los desafíos del presente y de los propósitos del futuro (que a su vez dependen de la felicidad que sientes ahora, en el presente). La propuesta que nos hace Seligman en su libro para sentirnos felices es que perdonemos y soltemos el pasado, y que agradezcamos mucho y disfrutemos del momento presente para acercarnos al futuro con optimismo y esperanza.
Como ves es un estado de la persona que depende de una decisión y de una actitud. Lo que tiene que ver con lo que ya decía de Marco Aurelio hace muchos siglos:
«Tu felicidad depende de la calidad de tus pensamientos»
Marco Aurelio
Otro estudioso de la felicidad es el Dr. Richard Davidson, que la relaciona en su investigación con en el bienestar. Davidson se preguntó sobre los factores psicológicos que aportan bienestar a nuestra vida. Pero da un paso más: también quiso saber si esos factores son fortuitos o los podemos entrenar y cultivar.
Davidson basa sus estudios en la neuroplasticidad del cerebro, es decir, la capacidad que tiene de adaptarse y evolucionar. Según él las neuronas que más utilicemos saldrán reforzadas frente a las que dejamos de usar que desaparecerán.
Los factores son:
- La resiliencia, es decir, la capacidad que tenemos de relacionarnos con las adversidades (sobre todo cuando son inevitables). Las personas que se recuperan con más rapidez y eficacia de las desgracias gozan de un mayor nivel de bienestar.
- Disfrutar de lo positivo, es decir, fijarnos en los aspectos buenos de la vida y fomentarlos (sin evitar o esconder lo negativos, por eso hay que aprender a gestionarlos).
- La habilidad de prestar atención a lo que se hace en cada momento. Saber dónde está tu atención y reenfocarla cuando se desvía es clave para desarrollar el carácter y la voluntad, que son, según Davidson, semillas del bienestar.
- La generosidad, es decir, los comportamientos altruistas y bondadosos de ayuda a otro ser humano, fortalecen el bienestar personal. Aporta una felicidad más duradera que la de ganar un sorteo o comerte un pastel. Esta es la idea que refleja también Andrea Méndez en un artículo en Euroresidentes: ayudar al prójimo te hace sentir bien contigo mismo, lo que hace que generes felicidad y bienestar, y escribe un artículo sobre cómo ayudar a los demás para ser feliz .
¿Qué hacer para atraer el estado de felicidad a tu vida?
La buena noticia es que todo lo que señala el Dr. Davidson se puede entrenar.
Empieza por ser consciente de si eres feliz ahora mismo, si lo eres la mayor parte del día, si llegas a la noche con sentimiento de satisfacción y si, en general, crees que llevas una vida feliz.
Piensa a continuación qué crees que necesitarías para aumentar tu bienestar y felicidad: ¿es algo material?, ¿es el logro de una meta?, ¿es sentirte bien contigo mismo?, ¿crees que es difícil lograr «eso» que dices que necesitas?
“El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”.
Sócrates
Me gusta mucho la expresión de que la felicidad es el camino, no la meta. Yo me siento feliz a pesar de vivir unas circunstancias que no son las ideales para otras personas. Tener problemas es algo que nos ocurre a todos. Saber exprimir lo bueno y sentirse feliz es una decisión. Lo que no quiere decir que estés riendo todo el día. No hay que confundir felicidad con alegría. Puedes estar triste por un acontecimiento duro o por una adversidad, puedes sufrir dolor, sentir miedo, etc. A pesar de ello, vivir en un estado de felicidad es posible.
Felicidad es fluir con la vida sin estancarse y tiene más que ver con la paz interna que con las vivencias y posesiones.
Escribir lo que te pasa y lo que piensas contribuye a tu felicidad, como te contaron 14 escritores en el blog. Si quieres comprobarlo prueba con el taller de escritura emocional de Viviendo Mindful. La felicidad está al alcance de la mano. Solo hay que saber mirar. Y la escritura te da esa visión que los pensamientos recurrentes no te dejan ver.
Si además de escribir quieres leer, acaba de salir un libro sobre el lenguaje de la felicidad de Luis Castellanos. El planteamiento del libro es si podemos ser felices cuando nuestro lenguaje está lleno de quejas, amarguras, reproches y desesperanzas. Propone cambiar el relato tanto interno como hacia los demás. Valora el tono de tus pensamientos. En el taller de escritura hay un ejercicio de reformulación: si escribes tus pensamientos y observas que son todos muy negativos, escribe al lado lo mismo en un tono positivo. No te lo creerás, pero solo haciendo eso a más de uno se le dibuja una sonrisa y termina el ejercicio sintiéndose mucho mejor.
Te dejo el enlace de Amazon (afiliado) por si quieres echar un vistazo al libro (o comprarlo directamente):
El lenguaje de la felicidad: Cambia tu relato, transforma tu vida (Edit. Contextos)
“La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber”.
Immanuel Kant
Y para ti, ¿qué es la felicidad? ¿Estás de acuerdo con todas las opiniones anteriores? Cuéntamelo en redes o en comentaros. Y si compartes esta entrada, me harás más feliz aún.
Doy las gracias a todas las personas que me han contestado. Sois un tesoro.
8 diciembre, 2019
Muy buen artículo. Me resuena la definición de Marian. Para mí la felicidad es un estado, si no permanente, sí muy estable, en el que hemos aprendido a no resistirnos, en el que prima la aceptación, en el que hemos aprendido a relacionarnos con nosotros mismos. Un estado de paz interior, de profundo agradecimiento, de tender siempre hacia la afirmación de que cada situación es un presente, un regalo. Es necesario estar en contacto con nosotros mismos y escuchar nuestro corazón.
8 diciembre, 2019
Gracias por el comentario. No puedo estar más de acuerdo contigo. Es algo de que va dentro hacia afuera y no al revés. Un abrazo
12 febrero, 2021
Si conseguimos no ser infélices ya bastante es.
13 febrero, 2021
Bastante es. Cuestión de actitud y de aprender a gestionar lo que te ocurra. La cabeza nos juega malas pasadas. Los pensamientos nos afectan y la buena notica es que se pueden redirigir. Gracias