Esta es la época en la que más encontramos artículos y posts sobre qué hacer con los niños en vacaciones. Mientras los padres trabajan, o incluso estando toda la familia de vacaciones. Igualmente, proliferan los anuncios de escuelas de verano, campus, campamentos, talleres, etc etc etc de las más diversas disciplinas.
Claro está que cuando los niños tienen vacaciones y los padres no, hay que buscar la mejor alternativa para que se diviertan, distraigan y, de paso, aprendan algo, sin que cueste demasiado al bolsillo (algo muy difícil). Y los críos, sin dejar de madrugar y sin dejar de ser esclavos del reloj, llegando agotados a casa.
Sé que muchas veces no hay más remedio, pero lo que a mí me apetece que hagan mis hijos es que se despierten con todo el día por delante para simplemente hacer de niños. Que no tengan nada impuesto para poder tirar de imaginación y jugar. ¿No recordáis los veranos de tres meses que teníamos cuando solo era necesario que trabajara uno de los padres?. El otro de podía hacer cargo de los hijos, Porque si los padres actuales reparten las vacaciones, la familia no veranea junta.
Es un verdadero problema.
Este año lo voy a intentar. Voy a trabajar desde casa mientras mis hijos disfrutan de la playa, de la montaña, del aire libre. Y que vayan a coger lagartijas, o a darles patadas al balón, o a leer debajo de un árbol. Que disfruten. Que se aburran. Que busquen recursos en ellos mismos sin tener un monitor detrás que le indique qué hacer y cómo hacerlo. Que saboreen cada momento, cada minuto del día sin sentirse evaluados, juzgados, en competencia.
Muchas niños bajan del autobús de la escuela de verano contentísimos; otros bajan con la cara del que se siente obligado a ir a un sitio que no le apetece, por obligación. Además de mirar el bolsillo y la conveniencia de los padres, hay que ver que al niño le guste y le apetezca pasar un mes de vacaciones en una u otra escuela. Alguna me criticaba por preguntar a mis hijos qué preferían hacer. Pues si, se lo pregunto porque son sus vacaciones. Y, dentro de un presupuesto, no quiero agobiarles con más clases de inglés, por ejemplo, con más obligaciones que las que llevan durante 9 meses.
El verano es la estación más idónea para dejar que nuestros niños sean eso, niños.
¿Y tú qué opinas?