Sentir el amanecer

Esta noche me he desvelado temprano, a causa de mi alergia. Se me iban los pensamientos hacia la planificación del verano, el final del curso, etc. Intento hacer el seguimiento de la respiración y de ahí se me va otra vez la mente al día que tengo por delante y me planteo cuándo podré hacer la práctica Mindfulness ya que lo tengo muy ocupado, Y entonces se me ocurre, ¿porqué no ahora?. Miro el reloj y con una hora por delante hasta que suene el despertador, me animo y me levanto despacio y sin hacer ruido.

Me coloco frente al ordenador a oscuras, con la única luz que me da la pantalla. Como no puedo coger ni el zafu ni el banquito, me coloco en una silla y pongo los auriculares en el ordenador. Selecciono la audición de “el seguimiento de la respiración” guiada y cierro los ojos cuando aún está oscuro el cielo.

A medida que me enfoco en la respiración voy habitando mi cuerpo y dejándome sentir. La voz en off invita a poner la atención en lo que siento en ese momento. Y siento el amanecer. Siento el despertar de mi cuerpo y de mi mente. El despertar del día. Es una sensación fantástica que me relaja a la vez que me despierta. De vez en cuando escucho la respiración de mis hijos, que parece acompasarse con la mía. Me siento fluir con el amanecer. Los pensamientos se van tal como vienen dejando paso al sentir. No me dejo llevar por ellos, los dejo pasar. Todo fluye con el amanecer.

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Aún con los ojos cerrados siento a cada segundo cómo se va haciendo la luz en el exterior. Amanezco con el día. Mi respiración acompasada con el amanecer. Presencia. Consciencia. Fluir. Sentir. Vivir.

 

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