Mi hijo se pregunta qué es su madre desde que dejé de trabajar por cuenta ajena. Hace unos días me preguntó qué hago todo el día frente al ordenador. “Escribir” le contesté. Se le iluminó la cara y me dijo que a partir de ahora iba a decir en el cole que su mamá es escritora. ¿Lo soy?
¿Se puede ser escritora sin haber publicado nunca un libro?
Pensando en si en mis perfiles sociales debo poner que soy escritora, a pesar de lo poco que me gustan las etiquetas como te conté en este post, he hecho un repaso a mi historia:
- Escribo desde que tengo uso de razón. Frase que es cierta y que no me he copiado de nadie. Lo juro. Sé que casi todos los escritores que conozco la dicen. Tanto se usa, que creo que no es patrimonio de nadie (y si lo es, pido disculpas). Ya tengo un punto en común con la gran mayoría de los escritores. ¡Bien!
- Tengo un libro (o más) publicado… sin mi nombre. Sí, trabajé en una editorial en la que re-escribía y completaba los textos de un señor conocido que daba nombre a la obra. Era no ficción. Concretamente el libro era de economía. Tal vez tú o alguno de tus hijos haya estudiado con él. El autor pasaba el texto en bruto. Mi misión era pulir, corregir, maquetar, completar, poner ejercicios y llamadas de atención, añadir bibliografía, etc. Pero hice más. Porque escribí mucho, con permiso del jefe, añadiendo secciones enteras que faltaban y re-escribiendo párrafos mal escritos o que no se entendían. Por mi mente pasó la idea de que mi nombre saldría como co-autora. Ilusa.
- Explico el (o más) del punto anterior: en otros trabajos posteriores he corregido muchos textos. Bien por ser traducciones, bien por ser libros cuyos capítulos los escribían distintas personas, era necesario unificar estilo, pulir, revisar ortografía… Algún capítulo hubo escrito por mí, otra vez sin mi nombre (para eso están los jefes). En un libro en concreto que recuerdo ahora, mi compañera y yo nos molestamos bastante porque no salían nuestros nombres ni en los agradecimientos.
- He colaborado buscando documentación para un historiador que publica libros. En este caso yo no escribía, pero los libros existen (lo has adivinado, tampoco sale mi nombre).
(NOTA: parece que me he especializado en colaboraciones sin nombre; te doy mi palabra que todo esto es cierto)
- Páginas webs. Viviendo en Madrid me encargaron escribir los textos para la web de una psicóloga que no quería ni darme el texto en bruto. Me reuní con ella e iba tomando nota de todo lo que decía para, de ahí, sacar el material para escribir. Toda una experiencia. Más tarde, en trabajos posteriores, me encargué de escribir los textos de algunos apartados de las webs corporativas de las organizaciones en las que he trabajado. También he colaborado en los textos de las webs de algunos amigos.
- He publicado tres e-books, de esos que se regalan al suscribirse a un blog. En el de este blog sí sale mi nombre como autora (¡por fin!)
- Siguiendo con la no-ficción, puedo añadir todas las Newsletters que he creado y escrito en distintos trabajos por cuenta ajena. No sé si eso cuenta para definirme como escritora, porque escribir, escribía a todas horas. Recuerdo las primeras Newsletter que hicimos. Las enviábamos por e-mail mucho antes de que fuera una práctica habitual como es ahora.
- Cuentos: sólo uno conservo. Publicado, bueno, ejem, maquetado, impreso y grabado por mí misma. En la guardería de mis hijos era costumbre que el que cumplía años llevara un regalo para toda la clase. La profesora del último año de mi hijo pequeño me aconsejó llevar un cuento y así se quedaba en la biblioteca de la clase. En vez de ir a comprar uno, lo escribí. El protagonista era mi hijo, por supuesto, quien, con la ayuda de todos sus compañeros, se veía involucrado en una aventura en el mismísimo Bioparc. Aún lo relee de vez en cuando. Su cara de felicidad es el mayor éxito.
- Relatos por “obligación” (y con gusto) en los cursos de escritura que he realizado y sigo realizando.
- Y ¡la bomba!: tengo un libro de poemas. ¿Qué dices? ¿qué donde lo encuentras? Pues ahora mismo está en la carpeta verde que guardo en el armario del centro. Siento que no tengas acceso ahora. Quizá algún día lo publique porque me gusta mucho escribir poemas. Cuando empecé a escribir allá por los años… escribía más poemas que prosa. ¡Incluso uno se convirtió en canción con música y voz de mi hermano menor! (no doy datos para que no lo busquéis). Y leía mucho, sobre todo poesía escrita por mujeres, para inspirarme y aprender. Lo publicaré. Prometido.
- Y mi blog. ¿Eso cuenta? Además del todo lo que procuro escribir aquí, a diario escribo para mí misma (privado) y textos que guardo para futuros libros y cursos (público, algún día…)
En mis sueños juveniles me veía escribiendo siempre. Me regalaron un diario para que escribiera con una pluma preciosa. Lo empecé y enseguida me di cuenta de que escribir sobre mí era bastante aburrido. Sólo los poemas eran más personales. Prefería dedicar el diario a otros escritos que no fueran sobre mí. Ahí empezó todo…
Últimamente leo mucho eso de “escritor es el que escribe” o “para ser escritor sólo tienes que escribir a diario”. Bueno, ya no estoy tan segura. ¿Qué opinas? ¿se puede ser escritor si no has publicado? ¿eres escritor si escribir no es tu fuente de ingresos? ¿qué es ser escritor? Y la última pregunta: ¿lo pongo ya en LInkedin?
Me encantará leer tus comentarios. Anímate y escríbeme algo.
(Photo by rawpixel.com on Unsplash)
17 abril, 2018
¡Parece que siempre lo has sido! Yo creo que puedes usar la etiqueta sin problema.
17 abril, 2018
¡Qué vas a decir tú, jeje! Gracias
20 julio, 2018
Hola Pilar,
No tengo muy claro cómo he llegado a tu blog, pero estoy encantado de haberlo encontrado.
En mi opinión, creo que sí eres escritora. No ya solo porque escribes a menudo y por todos los puntos que mencionas en el post, sino porque sientes que lo eres, y para mí eso es lo más importante.
Es una pena que en todas esas ocasiones no pusiesen tu nombre en los libros editados, pero toda esa práctica y habilidad que adquiriste la tienes para ti. 🙂
¡Un saludo!
20 julio, 2018
Guau, muchas gracias Álvaro. Y gracias también por haber llegado hasta aquí y dedicarme unas palabras. Yo también estoy encantada, por supuesto. Escribir a mí me aporta tanto que no puedo dejar de hacerlo. Un saludo