entrenar la mente

Si te digo que no pienses en un elefante rosa, ¿en qué piensas?

Pautas para el entrenamiento mental

¿Estás pensando en un elefante rosa? ¿En serio? ¿Te he pedido que no pienses en un elefante rosa y estás pensando en él? ¿Que no te lo puedes quitar de la cabeza? Prueba a pensar en otra cosa, es fácil, ¿no?

¿Tanto he condicionado tu mente con el título del artículo? Toma nota porque así es como funciona nuestra mente. Y hoy voy a darte algún truco para que seas tú quien gestione en qué pensar: tú llevas el timón.

«Si puedes cambiar tu mente puedes cambiar tu vida». William James

Es cierto que no podemos elegir qué pensamientos e ideas entran en nuestra mente. Cualquier estímulo, por pequeño y aparentemente invisible que sea, hace de disparador a un sinfín de pensamientos y emociones. Esos pequeños estímulos inadvertibles son los que se utilizan en la publicidad subliminal (decir sin que sea obvio lo que se dice). Eso da para otro artículo.

Retomo un concepto que introduje hace unos día en la Mindful-letter: la memoria de trabajo. Con este concepto explican lo que es mindfulness algunos investigadores. Y no es otra cosa que darnos cuenta de qué es lo que hacemos presente en nuestra mente, es decir, en torno a qué gira nuestra atención.

Estar presente no es más que eso: saber aquí y ahora dónde está tu atención. No perderte sin rumbo en tus pensamientos, sino darte cuenta de en qué pensamiento está tu atención (que puede ser un pensamiento de pasado o de futuro). Y hacerlo sin juzgar ni lo que piensas ni a ti por pensarlo, sin darle más y más vueltas. Vivir en el presente y vivir al día no es lo mismo.

«Nuestra realidad se condiciona por dónde reposamos nuestra atención». Williams James

Siguiendo el argumento de la memoria de trabajo, podemos entrenar nuestra mente para que nuestra atención repose en aquello que queremos fomentar en nuestra vida. Es como poner una semilla en la mente e irla regando con nuestra atención y actitud hasta que crezca.

Es un ejercicio que resulta más sencillo a los meditadores, acostumbrados a trabajar con la atención, que a los no meditadores. Pero igualmente útil si eres constante, medites o no.

Por ejemplo, si te fijas en un acto de bondad que veas durante el día y lo visualizas en tu mente, lo dejas fijo como si fuera un post-it en la nevera, para acudir a esa imagen cada vez que te acuerdes de manera que tu atención gire en torno a ese acto bondadoso, tu actitud durante el día será mucho más amable y alegre. Si, en cambio, te ocurre algo que consideras negativo y lo rumias con quejas y protestas, tu atención gira en torno a esa negatividad y al final del día pensarás que todo te ha salido mal, además de haber creado un mal ambiente con los que te rodean. Es tan sencillo (y difícil) como centrarnos en las cosas buenas que nos ocurren, las que nos nutren y nos dejan un poso de satisfacción y felicidad, dejando ir las que nos perjudican.

Nuestras conductas, actitudes y personalidad se pueden ir moldeando y modulando simplemente cambiando nuestro foco atencional.

Hay una plaza en mi ciudad con jardín alrededor. Hay una paso de cebra para cruzar desde la otra acera. Justo donde termina el paso de cebra y empieza la plaza, hay un espacio con césped y para cruzar la plaza había que rodearlo. La mayoría de la gente pasaba en linea recta, lo que provocó que se hiciera un caminito no proyectado. Las pisadas habían aplastado la hierba dejando abierto un sendero estrecho de tierra. Hasta que el ayuntamiento ha puesto unos tablones para que todo el mundo que cruce por ahí pueda hacerlo en línea recta y no tengamos (vagos de nosotros) que rodear el jardincito.

Lo mismo hacemos en nuestra mente. A fuerza de repetirnos una idea una y otra vez, abrimos un camino haciéndolo, incluso, real. Así es el poder de los pensamiento y así de potente la capacidad que tenemos de condicionar nuestra realidad. El camino se forma pasando por él cada día, con constancia, abriendo calvas en el césped hasta hacer un sendero.

Así, poco a poco, conseguimos lo que nos proponemos mediante el cultivo voluntario, sostenido y prolongado de la semilla que dejamos en nuestra mente (la que regamos). Nosotros mismos creamos la pre-disposición. Hay varias maneras de hacerlo. Trabajamos la pre-disposición con la meditación y también verbalizando ese pensamiento que queremos cultivar. Por ejemplo con la escritura. En el próximo taller de escritura emocional que abriré en breve, una de las lecciones se centra en el poder de las afirmaciones y cómo trabajar con ellas.

«El éxito o el fracaso depende más de la actitud que de la capacidad. Los hombres exitosos actúan como si hubieran conseguido algo o disfrutasen de algo. Actúa, mira, siente, como si fueses exitoso y verás resultados impresionantes». William James

Te propongo este ejercicio: escribe varias afirmaciones que tengan que ver con tus objetivos profesionales, intenciones vitales, propósitos familiares… lo que quieras. Desde «soy bondad» a «no tengo miedo a este examen porque me he preparado bien y soy capaz».  Elige una y fíjala en tu mente (si te ayuda, escríbela en un post-it y ponlo en el espejo, en la pantalla del ordenador… donde lo veas con frecuencia). Vuelve a esa afirmación siempre que te acuerdes, y repítela como un mantra. Ve creando la realidad que quieres a través de tus pensamientos.

«La creencia crea el hecho actual». Williams James

Seguro que te has encontrado con gente muy negativa que siempre piensa en todo lo que le va a salir mal y luego se vanagloria porque le ha salido mal («ves, ya te lo decía yo»). Sin fijarse jamás en todo lo que hay de positivo a su alrededor.

Lo que va a trazar nuestro camino vital y perfilar nuestra felicidad es la apertura y entrega con lo que hacemos y con lo que hay.

Es la no-lucha contra lo que hay, la aceptación de las luces y sombras de cada uno. Observa en cada momento desde dónde actúas: desde la rabia, la alegría, la queja, la bondad… Lo sabrás observando tus pensamientos recurrentes, tu pre-disposición.

«La mayor arma contra el estrés, es nuestra habilidad para elegir un pensamiento sobre otro». William James

Imagina un día genial: te levantas de buen humor, te ves radiante frente al espejo, haces ejercicio y consigues un nuevo reto, te felicitan en el trabajo, te sientes exitosa, encuentras un libro que hace tiempo buscabas, todos los semáforos en verde, tu hijo ha sacado un diez en lengua, te aprueban un presupuesto, te felicita y da las gracias un cliente, te dan un premio o regalo y, cuando haces la cena, te distraes y se te quema. Tu familia enfadada te hace saber lo pésima cocinera que eres. Y de todo lo que has vivido te quedas con ese pensamiento de fracaso. Solemos quedarnos con lo último que oímos o vemos. Así es la mente. En tu mano está no dejarla, volver a lo mejor que te ha pasado este día y agradecerlo. Busca esa afirmación que te sirve de gasolina y dale toda tu atención.

«Nuestra visión del mundo está formada por lo que decidimos escuchar». William James

Habrás observado que durante todo el artículo he destacado frases de Wiliam James, psicólogo estadounidense del siglo pasado que ya hablaba del poder de la mente y de nuestros pensamientos. Es el mismo planteamiento que trabajamos con mindfulness. Te invito a conocerlo.

¿Sigues pensando en un elefante rosa? Cuéntamelo en comentarios y comparte si te ha gustado.

4 Comments

  1. Josue Robetos
    4 junio, 2020

    “Aquello en lo que te enfocas, es lo que consigues”

    Por supuesto que es necesario mantener un equilibrio en nuestros pensamientos, sí es que deseamos un futuro pleno y abundante.
    Y recordar que nuestros pensamientos crean nuestros sentimientos, los sentimientos generan las acciones y las acciones crean nuestros resultados.

    PD: Pensé inmediatamente en un unicornio azul.

    Responder
    1. Pilar Navarro
      4 junio, 2020

      Gracias Josue. Curioso lo del unicornio. Un saludo

      Responder
  2. Lourdes Valdovinos
    5 junio, 2020

    Todo lo que tu mente visualiza es lo que realmente existe en tu mundo y es alcanzable.

    Desde que vi el elefante, lo vi rojo.

    🙂

    Responder
    1. Pilar Navarro
      6 junio, 2020

      Gracias por tu visita, Lourdes. La mente es una herramienta muy poderosa que conviene usarla bien. Curioso que lo hayas visto en rojo 🙂
      Un saludo

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll to top